Un distrito de Roma ha causado un nuevo seísmo político en torno a la inmigración al aprobar una ordenanza que establece un autocar escolar específico para niños de etnia gitana, en respuesta a algunos disturbios vividos a bordo de los vehículos en las últimas semanas. La polémica moción fue impulsada por un concejal de la gubernamental Refundación Comunista, Lucio Conte – – a quien su partido ha obligado a dimitir – – , y logró los votos de Izquierda Democrática, que también apoya al Ejecutivo, y del centroderecha. El Partido Democrático (PD), la principal formación de la coalición de gobierno, se opuso.
Al alcalde de Roma, Walter Veltroni, le toca ahora decidir si toma cartas en el asunto. “Los niños son todos iguales. Han ido a la escuela todos juntos hasta ahora y deberán continuar así”, declaró el alcalde, que es también el presidente del Partido Democrático (centroizquierda).

COMO ROSA LOUISE PARK
Otro miembro del centroizquierda, la asesora regional Maria Cosca, intervino con palabras más ásperas sobre el caso. “Pensaba que estábamos en la época de incluir y no de excluir. No podemos volver a los tiempos de Rosa Louise Park”, afirmó en referencia a la activista negra que en los años 50 se convirtió en un símbolo contra la discriminación en Estados Unidos al negarse a ceder un asiento a un blanco en un autobús.
Desde la crisis desatada el pasado octubre por un asesinato cometido por un rumano, el debate político y social sobre la inmigración es motivo de sobresaltos constantes en Italia. Uno de los casos más clamorosos es el de Letizia Moratti, alcaldesa de Milán, quien en diciembre anunció que los hijos de inmigrantes no podrán inscribirse en los parvularios municipales si sus padres no tienen los papeles en regla y, pese a la oposición del Gobierno a la medida, aún no ha rectificado.