Los 'centauros' toman Polvoranca

El País, JAVIER SÁNCHEZ DEL MORAL, 13-01-2008

La glorieta de entrada a Costa Polvoranca era en la madrugada de ayer el lugar más seguro de Alcorcón. Dos patrullas del Cuerpo Nacional de Policía y otros dos de Policía Municipal custodiaban el punto de entrada y salida, mientras una pareja de agentes identificaba y registraba a dos jóvenes suramericanos que acababan de abandonar su vehículo. Otros cuatro vehículos patrulla completaban el dispositivo de vigilancia del polígono de las copas, compuesto por una treintena de agentes.

La policía tomó durante la madrugada del sábado la zona en la que en la noche de Reyes fue asesinado el marroquí Tarek Bourriafa a manos, presuntamente, de cuatro dominicanos con los que había mantenido un enfrentamiento en el bar Rincón Latino, ayer cerrado.

No era el único. Apenas una decena de bares de copas – menos de la mitad de los que hay en Costa Polvoranca – abrieron sus puertas al público. Muchos de ellos apenas si llegaron a la media entrada. “Esto no se llena hasta las tres o tres y media”, explicaba el camarero de un local de música tecno. Pero no era una madrugada cualquiera. Apenas unos centenares de personas acudieron a los pocos bares abiertos. La presencia policial hizo el resto.

A partir de las tres y media de la madrugada, agentes de Policía Municipal de la localidad comenzaron a solicitar la documentación de todos los locales que permanecían abiertos a esa hora. Mientras, una decena de miembros de la Sección Especial de Reacción y Apoyo, conocidos como Centauros, registraban a personas y vehículos “sospechosos”.

La policía provocó el sábado que varios locales cerrasen sus puertas horas antes de lo acostumbrado por temor a una sanción económica. Entre ellos el bar Walili, frecuentado fundamentalmente por magrebíes.

“Mira, hoy, que no hay casi nadie por aquí, está lleno de policía”, recalcaba a altas horas de la madrugada Pedro, de 27 años y vecino de Aluche. Junto a otros cuatro amigos había decidido marcharse a casa después de beber unas copas y bailar un rato. “No hay ambiente”, continuaba. En su opinión, la visión que se viene dando desde hace años de Costa Polvoranca es “un poco exagerada”. “Es verdad que aquí pasan cosas, negarlo es una tontería, pero es que esto es lo que queda abierto cuando el resto de bares cierra, y, claro, aquí viene gente de muchos sitios, de Alcorcón, de Móstoles, de Leganés o de Madrid, y luego, pues, el alcohol y demás…”.

En sus 16 años de vida, Costa Polvoranca ha sido escenario de tres asesinatos con una gran repercusión mediática. Además, la zona de copas se ha visto relacionada en numerosas ocasiones con casos de violencia, consumo desaforado de alcohol y drogas o actos vandálicos cometidos una vez cerraban sus puertas los bares tanto en los autobuses que conectan con Madrid, como en la cercana estación del metro de Puerta del Sur.

Ahora, el asesinato del marroquí ha puesto una vez más bajo los focos al polígono, en el que se ha producido un fenómeno de especialización de los establecimientos en razón de la procedencia de su clientela: sea ésta latina, magrebí, subsahariana, de Europa del Este o española.

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