Oculta su rostro y su identidad. Tiene miedo y necesitará mucho tiempo para superarlo. «He pensado incluso en largarme de aquí y volver a Marruecos», admite. Pero sus amigos le arropan y le animan a seguir aquí, porque no quieren que un grupo de extremistas violentos eche por tierra un futuro lleno de proyectos. Es un hombre de mundo – antes vivió en otras partes de Europa – y está perfectamente integrado en Murcia. Hace ahora justo una semana salió a disfrutar de la noche del sábado, como otros miles de jóvenes de la ciudad. De madrugada, y de vuelta a casa, se topó de bruces con un grupo «de entre 40 y 50 cabezas rapadas» junto al bar Ruta 66, en Las Tascas.

«Al pasar, rocé con el hombro a uno de ellos; me volví y le pedí perdón». La respuesta del violento no fue otra que pegarle un puñetazo que le tiró al suelo. El resto del grupo se unió al primer agresor y comenzó la paliza. «Me pegaban sin parar en los muslos, en los brazos, en todo el cuerpo». Mientras se protegía instintivamente la cara con las manos para evitar males mayores, tuvo que escuchar todo tipo de insultos racistas. «¿Matad al moro!», «¿Viva Franco!» y similares.

«Como pude me zafé de ellos y salí corriendo». Se refugió en su casa y se curó las heridas. Estaba tan asustado que ni siquiera fue al médico. Al día siguiente, ya algo más repuesto, acudió al hospital, donde le hicieron un parte de lesiones. De la paliza le ha quedado una herida debajo del ojo derecho, fruto del puñetazo que recibió. El agresor llevaba, al parecer, una muñequera con pinchos que podrían haberle causado heridas mucho más graves de haber alcanzado de lleno el ojo. La víctima recibió, también, contusiones en las piernas, y conserva todavía dolores en la zona del lumbago. Sólo espera que la Policía coja pronto a los autores «para que no vuelvan a hacer algo así». Es la primera vez que sufre un ataque de este tipo desde que vive en Murcia. Además de la paliza, le robaron 190 euros y una cazadora valorada en 400 euros.

La Policía baraja diversas hipótesis. Una, que sea una banda de neonazis, lo que explicaría los insultos racistas y ultraderechistas. Sin embargo, el lugar en el que se produjo el ataque es frecuentado habitualmente por red skin, la versión de ultraizquierda de los cabezas rapados. Su parafernalia es más o menos similar, sólo distinguible para quien los conoce bien. Por eso, los agentes no descartan la posibilidad de que se trate de una agresión de este grupo cuyo móvil real fuese el robo.

Clos inaugura el parque fotovoltaico de Jumilla

Subestación eléctrica en El Palmar

Seguridad ciudadana en Lorca

Apuñala a un hombre en Villanueva

Advierten que han detectado un envío de comunicaciones por correo electrónico en el que se utiliza su nombre

Fernando Alonso (Renault) debutará el martes en el circuito de Jerez

Descubre cuáles son tus derechos como consumidor y sacarás partido a estas rebajas

Rato cobrará por sus funciones en el Santander 200.000 euros anuales

John Wayne trascendió se convirtió en símbolo de lo que muchos espectadores querían creer que EEUU había sido alguna vez

La aceptación de audiencia en su primera temporada ha sido la razon para estrenar una nueva temporada