“Los padres de Tashi vinieron como inmigrantes a España, con el deseo de llevarse lo mejor para su país. Al final se han dejado aquí lo que más querían”. El pastor evangelista que en los últimos días ha apoyado a los padres del niño fallecido al asfixiarse con un caramelo en Valencia relató así el dolor que sientes los progenitores. Fue durante el entierro celebrado en el cementerio de la capital, en el que los progenitores y una treintena de amigos lanzaron un “hasta pronto” al menor de 18 meses.

Los padres del pequeño no cesaron de llorar mientras miraban absortos el féretro blanco de su hijo. Mientras, casi una decena de niños acompañaban a la reducida comitiva fúnebre. Muchos de ellos correteaban y jugaban por el cementerio, ausentes al drama que se desarrollaba a escasos metros de ellos. “Este entierro es posible gracias a la respuesta solidaria de España y, especialmente, de los valencianos”, destacó el pastor evangelista.

Los progenitores de Tashi acudieron ayer a varios platós de televisión para agradecer los donativos. Su objetivo, anunciar que ya no necesitan más ayudas, “porque lo único que querían era dinero para enterrar a su hijo, lo que es un gran ejemplo”, destacó el pastor, Nicanor Suárez.

Hasta el alcalde del municipio leonés de San Andrés del Rabanedo (en el que reside la pareja) se ofreció ayer a hacerse cargo de los gastos de traslado del cuerpo. “Pero el padre ha elegido Valencia porque los valencianos se han volcado con él”, explicó el religioso. La mayoría de los asistentes al sepelio viajaron expresamente desde León para apoyar a los abatidos progenitores.