Los Gobiernos de Francia y España acordaron ayer promover «la posibilidad de organizar repatriaciones conjuntas» de inmigrantes en situación irregular, en el marco de una mayor cooperación en ese ámbito.

Nicolas Sarkozy y José Luis Rodríguez Zapatero firmaron una declaración que consagra una mayor colaboración en materia de lucha contra la inmigración ilegal, así como en favor de los países que son origen y lugar de tránsito de extranjeros con destino a Europa.

La colaboración en ese terreno supone superar definitivamente algunos «malentendidos» que ambos presidentes admitieron que hubo en el pasado, en especial cuando el Gobierno español decidió una regularización que afectó a varios centenares de miles de extranjeros hasta entonces en situación ilegal.

Las repatriaciones conjuntas constituyen una decisión política que tiene una dimensión técnica, en palabras de Zapatero, y que consiste en fijar la logística de los vuelos, las eventuales escalas y la seguridad que ha de rodear a las operaciones. Todo ello con el respeto a las legislaciones, de manera que cada expulsado lo sea tras las debidas garantías y con el correspondiente informe.

Sarkozy se congratuló de que en un asunto tan «sensible y humano» gobernantes de distinta ideología y país sean capaces de cooperar y actuar de manera democrática.

Entre Figueras y Perpiñán

Además, España y Francia se comprometieron ayer a cerrar el itinerario y los plazos del proyecto de la nueva interconexión eléctrica que unirá Figueras (Gerona) con Perpiñán antes del próximo 30 de junio.

Se acordó que una empresa mixta integrada por los gestores de la red de transporte eléctrico de ambos países, Red Eléctrica de España (REE) y Red de Transporte de Electricidad (RTE), se encargue de la ejecución del proyecto y del estudio de su viabilidad técnica, medioambiental y financiera.

La empresa, cuya tarea supervisará una comisión intergubernamental, financiará la construcción del enlace, sobre el que España y Francia llevan negociando quince años.