LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA / Deserción en las filas demócratas

El hispano Richardson decide retirarse de las primarias demócratas

El Mundo, CARLOS FRESNEDA. Corresponsal, 11-01-2008

El ex candidato a la Presidencia John Kerry da su apoyo a Barack Obama al considerarle el único aspirante «capaz de traer el cambio a EEUU» John Kerry abordó ayer la barcaza electoral de Barack Obama a su paso por Carolina del Sur. El ex candidato presidencial, recuperado de pasados naufragios, volvió al primer plano para proclamar que el senador afroamericano es el único aspirante «capaz de traer el cambio a nuestro país». «Barack Obama no va sólo a romper el molde», vaticinó. «¿Quién mejor que él para dar una nueva credibilidad al papel de Estados Unidos en el mundo?», preguntó Kerry a decenas de seguidores del senador de Illinois. «¿Quién mejor que Obama para pasar una nueva página en la política de este país?»


John Kerry mantuvo cierta proximidad con Bill Clinton, pero nunca llegó a congeniar con la senadora Hillary. Su apoyo a Obama fue también una puñalada, aunque menor, en la espalda del tercer candidato, John Edwards, que figuró como aspirante a vicepresidente en la fallida candidatura demócrata de 2004.


La apuesta de Kerry por la Obamanía no deja lugar a dudas. «Es el juicio y el carácter de los candidatos lo que cuenta, y no los años que llevan sobre la Tierra».


El candidato afroamericano agradeció el apoyo de Kerry y alabó «su coraje y su experiencia». Hasta el otoño de 2006 John Kerry meditó seriamente la posibilidad de volverse a presentar a las primarias demócratas, pero su comentario a su paso por una escuela – «Estudiad u os quedaréis atascados en Irak» – provocó un ataque de furia nacional, a la que por cierto se sumó Hillary Clinton.


Pese a todo, Kerry goza aún de cierta popularidad entre los militantes demócratas y puede aportar a Obama toda la capacidad organizativa de su campaña de 2004. Al fin y al cabo, fue el propio Kerry quien le eligió personalmente para tomar la alternativa en la Convención Demócrata de ese mismo año en Boston, donde Obama dio su primer paso hacia el estrellato con el famoso discurso sobre «la audacia de la esperanza». Otro apoyo importante cosechado por Obama ha sido el de Shirley Franklin, la primera alcaldesa negra de Atlanta, considerada como una de las voces más influyentes del sur.


El anuncio de Kerry coincidió con la retirada del gobernador de Nuevo México, Bill Richardson. El candidato hispano (de madre mexicana y nacido en California) decidió claudicar de la carrera presidencial «por falta de apoyo y falta de dinero».


El 5% de los votos logrado en New Hampshire no fue suficiente para aguantar el tirón hasta el supermartes del 5 de febrero, cuando quedará posiblemente vista para sentencia la carrera demócrata. Con su enérgica condena de la guerra de Irak y su promesa de traer de vuelta las tropas en un año, Richardson consiguió un relativo respaldo de los estudiantes y del ala progresista del partido. Su oposición al muro en la frontera y su posición favorable a un mecanismo para regularizar la situación de los más de 12 millones de inmigrantes ilegales también despertó las simpatías de los hispanos, que sin embargo nunca le percibieron como tal.


Curtido como embajador en la ONU y como secretario de Energía, Richardson puso mucho énfasis en la restauración de la imagen de Estados Unidos y en la necesidad de afrontar el cambio climático con una «revolución energética».


Tras su retirada, la competición demócrata es cosa de tres: Hillary, Obama y Edwards. Richardson, 60 años, decidió no apoyar de momento a ningún candidato. «Lo importante es la influencia que hemos tenido en los asuntos más importantes para el futuro de este país», dijo el gobernador. Su nombre ha llegado a sonar en algunas quinielas como hipotético candidato a vicepresidente con Hillary Clinton.

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