La familia y la novia del marroquí cosido a puñaladas en Costa Polvoranca creen que un amigo «le traicionó», mientras la Policía detiene a tres trabajadores de la discoteca Latino por encubrir presuntamente el crimen Una mujer marroquí de unos 50 años se recostaba, ayer por la mañana, en un sofá del tanatorio de Alcorcón. Los ojos rojos, la mirada perdida, la boca entreabierta.

Se llama Najia y hacía escasas horas mataron a su hijo mayor, Tarek, de 26 años. «Lo cosieron a puñaladas y luego lo reventaron a patadas en el suelo», contaba cerca de allí la novia, Gemma, bastante serena. Fue en Latino, una discoteca de dominicanos de Costa Polvoranca. Y fue, según ellas, «una encerrona preparada, una emboscada de un amigo con el que se había peleado».

La Policía no había localizado ayer a los autores del apuñalamiento de Tarek, pero tres personas permanecían en prisión: el encargado y dos porteros del local, que presuntamente habrían cerrado las puertas de la discoteca para que ninguno de los «15 ó 20 clientes» pudiera vez la paliza de muerte que un grupo de dominicanos dio a Tarek hasta causarle la muerte. Según su novia, siete puñaladas con dos navajas, y luego «una lluvia de puñetazos y patadas» ya en el suelo: «El forense ha dicho que ha quedado destrozado». El juez ordenó ayer una segunda autopsia del cadáver, tal vez para aclarar otro punto oscuro del crimen: si hubo o no una pelea en el interior del local entre el marroquí y los domincanos. Poco más se sabe del hecho, excepto que, según la familia, quien asestó las puñaladas letales es un menor dominicano: «Saben cómo hacer esto. Dejan que lo haga un chico, y si le pillan, al reformatorio dos años y fuera».

Según Najia, residente en Navalcarnero, su hijo la llamó hacia las 12.00 de la noche del sábado para decirle «que venía ya para casa, que le preparara algo de cenar». Luego al parecer Tarek se encontró a su amigo Mohammed Ramade y decidió tomar algo con él en el bar de Alcorcón donde trabaja la novia de éste. «Tarek y Mohammed se habían peleado hace meses y él le guardaba rencor a mi hijo», decía la madre, en pleno llanto.

La novia, Gemma, que no estaba con él esa noche «porque tuve que ir a urgencias con una muela fastidiada», dice que el joven llamó a su madre a las 3.00 de la madrugada para decirle «que su amigo no podía llevarle porque había demasiada niebla en la carretera, y que iban a ir a un sitio en Costa Polvoranca que conocía el otro».

Lo que sucedió después aún se investiga, aunque los testimonios de los 15 ó 20 testigos a esas horas en la discoteca serán determinantes, porque Efe asegura que en el interior del local se produjo una pelea que terminó afuera.

Según su madre, «Tarek había salido, como mucho, una vez por Costa Polvoranca, sin embargo al parecer su amigo había estado muchas veces en esa discoteca, sobre todo con su novia».

elmundo.es

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Dolor en el tanatorio de Alcorcón por el joven marroquí apuñalado.