Desde otra mirada

África, la cercana lejanía

Deia, Nekane Lauzirika, 17-12-2007

Hace unos días se han reunido, con todo el ringorrango que la ocasión demandaba, los dirigentes de la Unión Europea-UE para tratar de manera monográfica un tema candente: África, aunque mejor decir de los africanos/as, porque África siempre estuvo ahí, en el rincón oscuro, e igual que USA tiene en Centroamérica su patio trasero, nosotros tenemos en el sur nuestro propio sumidero, al tiempo surtidor de materia prima y mano de obra “ilegal-barata”. El tema se trata no porque les guste demasiado, sino porque ha entrado en escena, y con vigor inusitado, un nuevo primerísimo actor competidor: la China expansiva en busca de materia prima e inversiones. Esto por un lado, porque en todos los frentes, especialmente por Canarias, continúa abierta la herida de una inmigración a todas luces incontrolable con los métodos policiales-aduaneros-represivos hasta ahora puestos en marcha. Prácticamente coincidiendo con este encuentro de jefes de gobierno europeos, la empresa farmacéutica Novartis con el apoyo altruista de entidades públicas y privadas, y cubriendo lo que los gobiernos no hacen, ha repartido en Senegal y Gambia ayuda escolar, medicinas, asistencial, profesional… a diversos comunidades para proyectos que se desarrollan en la zona. Pero allí sigue faltando una estructura suficiente de sociedad productiva y de desarrollo. Se ha llevado ayuda y podemos sentirnos contentos por haber puesto un granito de arena, pero ellos además de nuestros lapiceros necesitan que allí mismo se monte la fábrica de lapiceros, que se invierta sin aranceles autárquicos, necesitan un comercio justo y solidario. El encuentro en la cumbre de Lisboa ha terminado como el rosario de la aurora, en parte por los intereses particulares de cada país y en parte porque no queremos permear nuestra riqueza hacia los países africanos y sus ciudadanos para que tengan la opción de vivir en su casa con dignidad. Si tan sólo buscamos su mano de obra barata de ida-vuelta y sus materias primas para surtir nuestros atestados y bien surtidos centros comerciales, seguiremos teniendo pateras en Barajas y africanos demandando ayuda en nuestras calles, la cercana lejanía de África en nuestra casa. Lo triste es que se convoque una cumbre sobre este continente no porque sus ciudadanos vivan en la pobreza, sino porque ha entrado en escena un nuevo competidor por sus materias primas. Es difícil pensar y esperar que no siendo los ciudadanos africanos el objetivo la cumbre, pueda salir para ellos algún beneficio de esta nueva batalla comercial.

nlauzirika@deia.com

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