PARA NO SER REPATRIADOS Los marroquíes recién llegados van a los Mossos para decir que son menores

OTROS PAÍSES DE ORIGEN Se ha detectado la llegada de menores rumanos, pakistaníes y subsaharianos
En 1994 se detectaron en Catalunya y Andalucía los primeros jóvenes marroquíes menores de edad y sin ningún referente familiar en España que llegaban escondidos en un camión que cruzaba en los ferris del estrecho de Gibraltar. La llegada de menores no acompañados ahora es ya un fenómeno constante. Pueden entrar en cayucos o a través de las fronteras terrestres o aéreas. Si hace unos años sólo eran menores marroquíes, ahora llegan también subsaharianos y rumanos e incluso chicas de distintas nacionalidades cuyo destino en muchos casos es la prostitución.

Estamos en la cuarta fase de las teorías migratorias, dicen los expertos. La primera fase corresponde a la llegada de hombres solos, que vienen como exploradores del terreno. La segunda etapa es la de hombres más jóvenes. La tercera corresponde a la reagrupación familiar, cuando entran los cónyuges e hijos, y las mujeres solas. Y la cuarta es la de los jóvenes que llegan solos. Se calcula que en estos momentos hay en España alrededor de 7.000 inmigrantes menores de edad y no acompañados, según resultados preliminares del estudio

Menores migrantes no acompañados en España. Nuevas tendencias,liderado por la Fundació Pere Tarrés y financiado por el Ministerio de Educación.

Pero hay mucha confusión sobre el número exacto, su procedencia y sus patrones de conducta. De hecho, un recuento del número de menores atendidos en centros de acogida y protección de las comunidades autónomas daba el pasado junio la cifra de 3.392 menores extranjeros no acompañados, aunque faltan los datos de Madrid. Por comunidades, Andalucía lideraba esa estadística con 994 menores bajo su tutela, por delante de la Comunidad Valenciana, con 406; Catalunya, con 350, y Euskadi, con 338. En Madrid se calculan otros 300. Y sólo en Melilla había 250.

El nuevo estudio sobre menores que llegan sin familia trata de comprender el fenómeno y facilitar el proceso de integración y desarrollo de esos jóvenes. La investigadora principal es Violeta Quiroga, doctora en Antropología Social y responsable del grupo Infants i Família en Ambients Multiculturals de la Fundació Pere Tarrés, quien ya dirigió un proyecto similar para Europa. Entonces el dictamen final señalaba la presencia de unos 30.000 menores en esos países.

“Tratamos de investigar las nuevas tendencias, especialmente las nuevas nacionalidades implicadas y la feminización”, explica Quiroga. Uno de los sectores más difíciles de conocer es el de las menores inmigrantes que entran en el circuito de la prostitución. “Hay menores que culturalmente en su país ya son mayores, han decidido entrar en este proyecto migratorio y no quieren participar en los circuitos de protección social. Por mucho que no nos guste, algunas chicas africanas saben a lo que vienen. Todas las mujeres se han de proteger, pero cuando quieren vivir así es mucho más complicado”, añade Quiroga. Los casos detectados son generalmente de chicas rumanas y nigerianas, de 16 o 17 años que no están en la calle sino que dependen de pequeñas redes mafiosas. Generalmente les han falsificado el pasaporte o la partida de nacimiento para aparentar que son mayores de edad, ya que los propietarios de los clubs de alterne no quieren arriesgarse. Saben que la prostitución es legal, pero prostituir una menor es delito. Algunas de estas chicas ven la oportunidad de ganar dinero fácil y rápido, aunque generalmente acaban enfrentándose con sus chulos, que las extorsionan. En los clubs se especula con la presencia de menores de origen brasileño, pero los investigadores han detectado que suelen ser mayores de edad pese a su apariencia de lolitas.

Uno de los principales cambios es la presencia cada vez mayor de menores subsaharianos que llegan en patera. “Su pauta de comportamiento se asemeja a la de los marroquíes de hace unos años. Tienen muy poco conocimiento del país donde llegan, ignoran la legislación y no dicen que son menores. Lo contrario de los marroquíes que llegan ahora, que ya conocen sus derechos y lo primero que hacen en Catalunya es presentarse ante los mossos o la Dgaia (dirección general de Atenció a la Infància i la Adolescència), recordar que son menores y así evitar la repatriación”, añade Quiroga.

También se han detectado por primera vez menores pakistaníes, en Barcelona y Valencia. Han llegado vía Inglaterra a través de algún pariente, aunque una vez aquí son protegidos por una red de adultos. Y también se han encontrado menores de origen rumano con falsas familias. La fiscalía de Menores de Valencia ha quitado la tutela a varias familias que “habían colado un hijo que no era suyo”.

El estudio de la Fundació Pere Tarrés para Catalunya estará terminado en marzo y para toda España en octubre. Hace poco más de un año se presentó un estudio de la Fundació Jaume Bofill donde se señalaba que los menores marroquíes que viajan solos a Catalunya no responden al perfil de jóvenes errantes, aventureros o problemáticos, sino a un proyecto familiar. Tienen entre 14 y 17 años, proceden de familias rurales del sur de Marruecos y han sido empujados por sus propios padres a buscarse un futuro mejor. Este perfil es el que está cambiando. De los mil menores que esperan en centros de acogida de las islas Canarias a ser trasladados a la Península, un 60% son ya de origen subsahariano.

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