Desde que, en los últimos años, España ha pasado de ser un país que envía emigrantes a otras naciones a otro que recibe inmigrantes se ha convertido en un lugar común la idea de que los extranjeros vienen a ocupar los puestos de trabajo que los españoles no quieren para sí. Suele tratarse de trabajos duros con jornadas inacabables y con una remuneración poco atractiva. Uno de estos puestos que empiezan a copar personas de otras nacionalidades es el de empleado de hogar. El número de personas extranjeras afiliadas al régimen del Hogar de la Seguridad Social en Cádiz se ha multiplicado por tres en los últimos cinco años. De los 317 que había en el año 2002 se ha pasado a los 999 inscritos a final de octubre, según datos de la Tesorería General de la Seguridad Social.

De 2002 a 2004, el incremento fue del 28% con unas cien personas más. El gran salto cuantitativo se produjo en 2005, cuando el número de inmigrantes inscritos en el régimen del Hogar experimentó un aumento del 212% con respecto al año anterior, pasándose de 407 afiliados extranjeros a 1.270. Sin embargo, el aumento constante de personas venidas de otros países que encontraban un medio de vida con un puesto de empleado de hogar se detuvo en este año. Durante 2006 y el presente 2007, estas cifras han decrecido notablemente hasta alcanzar el millar corto que se registró en las oficinas de la Seguridad Social hace un mes.

Extracomunitarios

La mayoría de estos extranjeros proceden de países que no forman parte de la Unión Europea. En los primeros tres años del estudio realizado por este periódico, el número de personas comunitarias que asumían las tareas del hogar ajeno como trabajo en la provincia entre los años 2002 y 2005 osciló entre las cinco y las diez, aunque a partir de 2006 se experimentó un salto que elevó esta cifra por encima del medio centenar. En cualquier caso, su nivel de representatividad es ínfimo: el número más alto de ciudadanos de la UE que han trabajado como empleados de hogar en la provincia en los últimos cinco años nunca ha pasado de representar el 6% – en 2005 ni tan siquiera alcanzaban el 1% – de todos los extranjeros que han trabajado en este sector.

Sin embargo, a nadie se le escapa que el número de personas dadas de alta en la Seguridad Social como trabajadores de servicio doméstico está muy por debajo de las cifras reales, sobre las que no hay constancia. En la actualidad hay 2.140 personas afiliadas a este régimen en la provincia y 1.596 personas inscritas en el Servicio Andaluz de Empleo como desempleados que demandan un puesto de este tipo. Asimismo, en la actualidad hay 26 trabajadores autónomos del servicio doméstico en la provincia.

La economía sumergida campa a sus anchas en este sector en el que la mayoría de las trabajadoras provienen de Suramérica y Europa del Este. No obstante, no existen datos sobre el número de personas que puedan estar dedicándose a este trabajo sin que se haya producido el alta en la Seguridad Social ni se haya regulado mediante contrato su relación con el empleador. Aún así, el número de afiliados a este régimen ha descendido en los últimos años, según reconoce el delegado provincial de Empleo, Juan Bouza, que indicó que la aparición de nuevas expectativas de trabajo y ocupaciones han sustituido a otras. Asimismo, apuntó el elevado número de personas extranjeras que realizan esta actividad y señaló que también están presentes en otros sectores de la economía como puedan ser la hostelería y la construcción.

Bouza consideró que con las nuevas medidas de apoyo a la familia y la Ley de Dependencia hay aún margen para que el sector del trabajo doméstico crezca más y hasta se beneficie de ayudas específicas.