El Gobierno vasco reconoció ayer la labor de la tripulación del pesquero de Santa Pola ‘Francisco y Catalina’ – que en junio de 2006 rescató a 51 inmigrantes en aguas de Malta – y de la Sociedad Aranzadi con la entrega del premio René Cassin de derechos humanos.

El lehendakari Juan José Ibarretxe presidió la entrega de los galardones, instituidos en 2003 por el Departamento de Justicia y Empleo, y destacó “la enorme lección de humanidad” de los premiados. Asimismo, recalcó que hay “una sola manera de construir una sociedad de convivencia y no se basa en leyes de punto final, sino en una lectura crítica de nuestro pasado”. Por ello agradeció “la recuperación de una parte fundamental de nuestra memoria que nos quisieron arrebatar por la fuerza” y animó a reflexionar sobre “cómo trata el mundo occidental a los inmigrantes”.

Por su parte, el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, destacó el ejemplo de los marineros: “Gente de la mar, humilde y honesta que arriesgó su vida para llegar a 51 personas que nadie quería recibir”. También recalcó que “no entienden de conflictos jurisdiccionales, pero sí de solidaridad e inocencia, y apostaron por ello”. Palabras que agradeció el patrón del barco, José Durá, quien aseguró que “todo lo dimos por bueno y lo volveríamos a hacer”, y solicitó que el sentimiento que “nos impelió, guíe la vida de todos, y de aquellos que tienen una responsabilidad pública de paliar los defectos de la Humanidad”.

A continuación, llegó el turno de la Sociedad Aranzadi, de quien el consejero de Justicia vasco elogió su labor de “recuperación de la memoria histórica, que pone la ciencia al servicio de la justicia y la paz”. Una tarea que, a su juicio, “contribuye a que la verdad aflore y sólo desde la verdad de su historia los pueblos pueden avanzar y mirar de esta forma hacia adelante”.