El 74% de los inmigrantes musulmanes que residen en España aseguran sentirse muy o bastante a gusto en el país y sólo uno de cada 20 no se encuentra bien entre los españoles. La segunda oleada del estudio Comunidad Musulmana de Origen Inmigrante en España de los ministerios de Justicia, Interior y Trabajo subraya que el 83% de los 2.000 entrevistados dicen que, a pesar de sus costumbres religiosas, están adaptados a la vida y la sociedad españolas. El informe de Metroscopia subraya que cada vez son menos los musulmanes extranjeros que no se acoplan a las costumbres españolas. Hace un año este porcentaje era de un 19% y ahora se reduce a apenas el 14%. Son una gran mayoría, un 84%, los mahometanos que sostienen que en España no tienen impedimento alguno para practicar su religión. La satisfacción también es muy elevada a la hora de valorar los derechos y libertades en España. Ocho de cada diez creen que la sanidad pública es de calidad y abierta a todos por igual. Las tres cuartas partes de los entrevistados sostienen que las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres en España. El 65% estiman que la Constitución garantiza los derechos fundamentales, aunque este porcentaje se reduce a un 53% al valorar la importancia del Parlamento.

Un dato curioso, que ya se puso manifiesto en la primera oleada de este estudio, es que los inmigrantes musulmanes, en general, tienen mucho mejor percepción de las instituciones y las organizaciones sociales que los propios españoles. Las ONG’s reciben un 7 de nota por parte de este colectivo. Le siguen el Rey (6,9), el Parlamento (6,3), los jueces (6,2), la Unión Europea (6), la policía (6), la Liga Árabe (5,4), Naciones Unidas (5,2), los líderes del mundo árabe (5,2), la Iglesia Católica (4,4) y Estados Unidos (2,9).

Nueve de cada 10 encuestados rechazan de forma taxativa la violencia como forma de defender o difundir las creencias religiosas . Sólo un 5% de la comunidad musulmana sostiene que la violencia no es criticable. Según el director del estudio, José Juan Toharia, este porcentaje representa la “población marginal” de cualquier encuesta y, por tanto, no es preocupante.