#Zapatero brinda a Africa un gran pacto de inmigración y Gadafi reclama 1.000 millones

Afirma que la ilegalidad es el «dramático resultado de un fracaso colectivo» y pide ser «implacables»

El Mundo, MARISA CRUZ. Enviada especial, 09-12-2007

El líder libio insiste en que su continente está en un estado «catastrófico» por el «pillaje» europeo Zapatero presentó ayer en nombre de Europa su propuesta para alcanzar un gran pacto con Africa que permita regular los flujos migratorios y de paso encarrilar al continente vecino por la vía del desarrollo y la estabilidad.


El presidente español reconoció que la UE «no ha estado a la altura de las circunstancias» y abogó por emprender una estrategia basada en tres pilares: proporcionar escolarización a los niños; generar empleo para los jóvenes e impulsar la construcción de infraestructuras que dinamicen el tejido económico y social.


Las palabras del jefe del Ejecutivo sonaron bien a oídos de los líderes comunitarios y de algún presidente africano que se ha visto beneficiado por los acuerdos suscritos con España en los últimos dos años. Sin embargo, también hubo voces discordantes. La primera, la del líder libio, Muammar Gadafi, que fue finalmente el representante de Africa encargado de dar réplica a Europa en el debate sobre inmigración.


Gadafi, enfrascado desde hace años en un imposible proceso panafricano, enhebró una intervención dura, cuya conclusión fue pedir «indemnizaciones» para resarcir los perjucios ocasionados por el colonialismo. El ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, explicó que los cálculos del líder libio para solucionar el problema de la inmigración ilegal se cifran en 1.000 millones de euros.


Para Gadafi, la inmigración es resultado de la política que Europa desplegó durante décadas en Africa, marcada por el «pillaje de los recursos naturales… Los recursos naturales han sido robados y se ha impuesto el subdesarrollo. ¡Que no vuelva a suceder!». Sólo al final, admitió culpas en su bando: «La debilidad de Africa se debe también a no tener un cuadro institucional fuerte; hemos fallado en la posindependencia».


Para Zapatero, la situación tiene otra lectura. Aseguró que «Europa tiene un compromiso ético con Africa» y urgió a «no dejar pasar ni un día más mirando para otro lado». Habló de una esperanza de vida de 46 años, de 2.800 muertes diarias por la malaria y de 100 millones de niños sin escolarizar. «Sin una mejora de todo eso, nuestras sociedades no alcanzarán la plena dignidad». Calculó en hasta 10 millones el número de inmigrantes ilegales africanos en suelo europeo. Por lo que se refiere a España, sólo proporcionó cifras de residentes legales y habló de 812.000.


Zapatero insistió en que la inmigración ilegal es «el dramático resultado de un fracaso colectivo que produce ciudadanos vulnerables a las mafias y a los abusos». «Hay que ser implacables», aseguró, «en la lucha contra la inmigración ilegal».


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