Los republicanos en español

La Prensa Gráfica, Jorge Ramos, 09-12-2007

Los republicanos necesitan a los hispanos si quieren quedarse en la Casa Blanca, particularmente en estados decisivos como Florida, Colorado, Nuevo México y Nevada. Y aparentemente ya empezó el proceso de enamoramiento, aunque tenga que ser en español.

En el país de los Smith, Johnson y Williams, los García, Rodríguez y Martínez son cada vez más. No son la mayoría. Todavía. Pero hay que tomarlos en cuenta para todo … hasta para escoger presidente. Ahora hay 858,289 García, 804,240 Rodríguez y 775,072 Martínez en Estados Unidos. Son más que los Anderson, los Taylor o los Thomas. Por eso, creo, casi todos los candidatos republicanos a la presidencia (el ex alcalde neoyorquino Rudolph Giuliani, el ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee, el congresista Duncan Hunter de California, el senador John McCain de Arizona, el congresista Ron Paul de Texas, el ex gobernador de Massachussetts Mitt Romney y el ex senador Fred Thompson de Tennessee) han aceptado participar en un foro en español en la cadena Univisión este domingo 9 de diciembre. No buscar el apoyo de los votantes hispanos es un suicidio político en unas elecciones generales.

Actualmente hay alrededor de 50 millones de hispanos, incluyendo a los indocumentados. Es la minoría más grande y en poco más de 100 años habrá más hispanos que no hispanos en Estados Unidos. Nosotros no lo veremos. Pero ya se siente.

El Consejo Nacional de la Raza calcula que unos 9 millones de hispanos irán a las urnas en las elecciones presidenciales del 4 de noviembre de 2008 (de un total de 17 millones de votantes hispanos potenciales). Son suficientes votos para cambiar el resultado de una elección muy cerrada.

El verdadero reto de los republicanos en las próximas votaciones es alcanzar, al menos, el 30 por ciento del voto hispano. Cualquier candidato presidencial republicano, desde Ronald Reagan, que ha obtenido ese porcentaje del voto hispano, ha ganado las elecciones. George W. Bush obtuvo el 31 por ciento del voto hispano en 2000 y el 44 por ciento en 2004.

Pero el problema de los republicanos es que, históricamente, los demócratas siempre han ganado la mayoría del voto latino. Y si a esto le añadimos la percepción entre muchos hispanos de que los republicanos son, en parte, responsables del fracaso de la reforma migratoria en el Congreso, entonces el desafío aumenta.

Tras analizar cuidadosamente la postura de los candidatos republicanos respecto del asunto migratorio, es obvio que no apoyan una amnistía para los indocumentados y que, antes de hablar de la legalización de 12 millones de personas, quieren una frontera segura. Esto choca con varias encuestas que sugieren que la mayoría de los hispanos favorece la legalización de los indocumentados. Va a ser interesante ver cómo resuelven este conflicto.

Bush, el candidato, trató de enamorar a los hispanos hablando español, prometiendo que trataría a los inmigrantes con compasión, diciendo que sería el mejor amigo de México y manteniendo una línea dura contra Cuba. Pero, sobre todo, se dio cuenta de que los valores morales de muchos hispanos coincidían con la agenda conservadora de los republicanos. Republicanos e hispanos calculó Bush y su asesor político Karl Rove podían ir de la mano al hablar de la familia, el aborto y la religión.

Y la misma estrategia de Bush podría ayudar mucho a los actuales candidatos republicanos para acercarse a los hispanos. Quizás el ex gobernador de Texas no tenía las cosas tan claras respecto a Iraq, pero definitivamente supo apreciar a tiempo la importancia del voto latino.

Los republicanos necesitan a los hispanos si quieren quedarse en la Casa Blanca, particularmente en estados decisivos como Florida, Colorado, Nuevo México y Nevada. Y aparentemente ya empezó el proceso de enamoramiento, aunque tenga que ser en español.

Muchos de los candidatos republicanos quisieran que el inglés fuera el idioma oficial de Estados Unidos. Sin embargo, la realidad indica que cada vez hay más personas que hablan español en este país. Son más de 30 millones de hispanoparlantes, según datos de la oficina del censo. Y aunque la inmensa mayoría de los hispanos son bilingües (78 por ciento), muchos prefieren escuchar las noticias y enterarse de las propuestas de los candidatos en español.

El foro de este domingo es, precisamente, para eso. María Elena Salinas y yo, como moderadores del debate, les haremos todas las preguntas en español a los candidatos, ellos contestarán en inglés y el público escuchará las respuestas en traducción simultánea al español. Es un proceso complicado pero efectivo. Los candidatos demócratas ya lo hicieron en septiembre y montones se quedaron a verlos por televisión.

Se sorprenderán los que creen que todo el foro se concentrará en el asunto migratorio. Ese es un estereotipo. De hecho, más que migración, los hispanos están preocupados por la educación, la salud y mejores trabajos. Vean las encuestas.

Al final de cuentas, la simple realización de este foro significa que los hispanos ya alcanzaron esa masa crítica a la que tanto se ha referido el ex secretario de Vivienda, y uno de los hispanos más influyentes, Henry Cisneros.

Los candidatos demócratas y republicanos han entendido correctamente que sin el voto de los García, los Rodríguez y los Martínez nadie puede llegar a la Casa Blanca. Y este es uno de los mayores cambios políticos que está viviendo este país.

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The New York Times Syndicate.

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