"Nos sentimos amenazados"

Un grupo de vecinos de Burjassot denuncian las reiteradas molestias que causan hasta 20 inmigrantes hacinados en un 'piso patera' de 70 metros

Las Provincias, P. H., 07-12-2007

S uelen escucharse ruidos y golpes, entran y salen desconocidos sin parar, van cambiando los inquilinos subarrendados. Lo último han sido las filtraciones de agua a causa de las malas condiciones de las tuberías, pero quizás lo más desagradable para los vecinos es encontrar escupitajos en la escalera, incluso con sangre.

Hasta 20 o más personas han llegado a concentrarse en una vivienda de 70 metros cuadrados de la zona del Empalme de Burjassot. La más directamente afectada es Encarnación Felipe, vecina de abajo de este tipo de viviendas bautizadas como pisos patera.

“Nos sentimos amenazadas y tenemos un poco de miedo, porque a veces cuando suben por la escalera dan golpes en nuestra puerta”, afirman las hijas de Encarna. Esto suele ocurrir, sobre todo, después de que hayan llamado a la policía.

Los problemas para los vecinos de la calle Virgen del Pilar comenzaron a finales de agosto, cuando comenzaron a llegar los inquilinos. Un escrito remitido por una quincena de vecinos al Ayuntamiento de Burjassot lamenta las “extremas” condiciones de salubridad, puesto que en verano “sacan colchones al balcón para dormir”.

Los vecinos han llegado a contar hasta 19 personas en el piso en un mismo día, aunque creen que en ocasiones han sido más. Según el abogado de la vecina más directamente afectada, el miércoles había 14 ó 15 personas.

La mayor parte de quienes han pasado por allí son hombres de diferentes edades. Durante varios días hubo dos mujeres jóvenes y un menor, lo que fue comunicado a los servicios sociales.

Ayer por la mañana, había en la vivienda siete hombres de nacionalidad rumana. Estos inquilinos se mostraron amables y permitieron el acceso al piso. Afirmaron que han sido contratados para trabajar en las obras del nuevo estadio del Valencia CF, que no se encuentra lejos de esa zona, pero no pudieron concretar quién les ha arrendado las habitaciones.

Declararon que hay 12 personas en el piso y que ellos apenas llevaban tres días allí.

Según añadieron, pagan 1.200 euros al mes de alquiler. No obstante, las vecinas afectadas aseguran que el contrato de arrendamiento al que han tenido acceso es por 600 euros. El piso fue comprado por un ciudadano paquistaní, que vive en Teruel. Al parecer, lo alquiló a través de una agencia inmobiliaria de Alzira.

Ese inquilino, según sospechan las afectadas, lo ha subarrendado. “Al que firmó el alquiler sólo lo hemos visto una vez”, explicaban Encarna, Mónica y Noelia, hijas de la máxima afectada.

La vivienda de abajo sufrió ayer las filtraciones del agua y goteras en una habitación y el baño. Una revisión preliminar realizada por un fontanero atribuía la avería al mal estado de las conducciones de agua.

A estas fugas, en opinión de las afectadas, podría sumarse “el exceso de uso del baño por parte de tantas personas”.

“La policía ha venido varias veces cuando hay ruidos y golpes. Cuando llegan ellos se calman y cuando se van, parece que empiezan a saltar y a dar más golpes”, relatan. “Se ríen en nuestra cara”, agregan.

Por ejemplo, al ver que ayer acudían vecinos y periodistas, “cuatro o cinco se fueron con los colchones”.

En los últimos meses, agentes de la Policía Local de Burjassot han tenido que atender al menos nueve llamadas de los vecinos del edificio por molestias nocturnas o de madrugada.

Fuentes del Ayuntamiento de este municipio de l’Horta Nord aseguraron que hoy mismo el Consistorio “buscará la solución más rápida posible”.

phuguet@lasprovincias.es

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