Sueños épicos que acaban en sueños rotos

El Mundo, DARIO PRIETO, 05-12-2007

‘14 Kilómetros’, primer filme español que ganó la Espiga de Oro en la Seminci, relata la odisea de la emigración africana En sus 52 ediciones, ninguna película española había ganado la Espiga de Oro de la Seminci de Valladolid… hasta este año. 14 Kilómetros, de Gerardo Olivares, consiguió romper el maleficio con una historia que expone en forma de relato lo que hasta ahora sólo habían investigado algunos reportajes y documentales: el largo y penoso viaje de los subsaharianos que cruzan el desierto para emigrar a Europa.


14 Kilómetros se estrena hoy en una treintena de cines de España y, después del éxito en Valladolid, intentará participar en el Festival de Cine de Berlín.


Criado en los terrenos del documental, Olivares explicó ayer durante la presentación de 14 kilómetros que la película no tiene los límites muy marcados. «No se sabe muy bien dónde termina la ficción y empieza la realidad. Es cierto que casi toda la gente interpreta su propio papel, y las localizaciones son reales».


A la presentación también acudieron el trío protagonista, compuesto por actores no profesionales: Aminata Kanta (que da vida a Violeta, una prostituta), Adoum Moussa (Buba, un joven futbolista) e Illiassou Mahamadou (Makela, hermano del anterior). Los tres emprenden el camino desde Agadez (Níger), atravesando primero el territorio Tuareg, y luego el desierto del Teneré, el Sáhara, Argelia y Marruecos, hasta llegar al estrecho de Gibraltar, los 14 kilómetros que separan Africa de Europa.


Mahamadou, que conoce bien la situación en su calidad de africano, trabajador en paro y persona que ha perdido conocidos en la travesía, explicó que se siente muy contento de «colaborar en una película que puede transmitir un mensaje sobre el tema de la inmigración, que explique que éste es un problema mundial y no sólo de Africa y Europa». El actor es uno de los pocos que no quiere escapar de su país: «Africa es un continente de sida, malaria e inmigración, sí. Pero es también mi continente y yo estoy orgulloso de vivir allí».


Kanta también quiso dar las gracias al equipo por poder participar en la película «y lanzar un grito a todos los presidentes de Africa: que para mí esto no es ficción y que hay muchos licenciados que huyen de allí para trabajar desaprovechando su talento».


Testimonios como estos fueron los que convencieron a Olivares para hacer la película. «Estaba haciendo un documental sobre las caravanas de sal de los tuaregs, cuando nos encontramos con uno de los camiones que aparecen en la película, repleto de inmigrantes rumbo a Libia para, de allí, saltar a Europa. Los tuaregs nos contaron que se encontraban muchos cuerpos de esos inmigrantes en sus rutas», explicó el director.


«Es un drama que vemos continuamente en los medios de comunicación y que acaban por insensibilizar al espectador. Incluso me han dicho que, cuando aparece un cayuco en los informativos, la curva de audiencia baja. De tanto verlo parece que estamos sufriendo una invasión, cuando sólo el 4% de los inmigrantes que llegan a Europa son subsaharianos. Esta es la realidad que quería contar», remató el espectador.

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