El director de la Casa del Forastero, sacerdote Jesús Garza, atribuye este fenómeno a la ausencia del tren que parte desde Chiapas.

La desaparición a mediados de este año de la ruta ferroviaria en el sur de México hizo aminorar en más de un 50% el flujo de centroamericanos que llegan a ciudades del norte del país en busca de refugio temporal para después ir a Estados Unidos, consideró ayer una organización pro inmigrante.

En junio pasado, la empresa que tenía la concesión del tren de carga Chiapas – Mayab (sur de México), usado por inmigrantes para internarse en el país, dejó de operar la ruta por el mal estado de las vías como consecuencia del paso del huracán Stan (2005), que destruyó rieles y puentes.

El sacerdote Jesús Garza, director de la Casa del Forastero en la norteña ciudad de Monterrey, dijo que después de la cancelación del tren se cayó el flujo de migrantes que iban en tránsito a las ciudades fronterizas (del norte de México).

La falta de ese tren de carga, al que se subían ilegalmente los centroamericanos, provocó que se quedaran varados miles de indocumentados que ingresan a territorio mexicano por Guatemala, en su periplo a Estados Unidos.

Antes de que se cancelara el ferrocarril del sureste, a la Casa del Migrante en Monterrey llegaban diariamente entre 50 y 60 personas y ahora solo recibimos entre 13 y 15 al día, añadió el sacerdote.