A FONDO Roger

Caldera se sube al carro en el traslado de los menores

El Día, , 02-12-2007

…Después de haber estado tomando el pelo a los canarios durante varios años, obviando lo que son sus responsabilidades, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, ha decidido rectificar su error y asumir que desde el Estado se puede hacer algo más para aliviar la situación en que se encuentran las Islas en lo que se refiere a los menores inmigrantes. Tras observar que desde la Consejería de Bienestar Social, Juventud y Vivienda del Gobierno canario se estaba acordando con distintas ONG el traslado de estos jóvenes a la Península, Caldera ha asegurado que su departamento se pondrá manos a la obra para encontrar más organizaciones que estén dispuestas a responsabilizarse de la atención de los inmigrantes. Mucho ha tardado el ministro en cambiar su actitud y disposición para solucionar un problema que al Archipiélago le estaba causando grandes quebraderos de cabeza. Pero más vale tarde que nunca. Ahora habrá que esperar para comprobar si las palabras de Caldera no se quedan en papel mojado, como ha ocurrido en otras ocasiones, y entre el Gobierno central y el Ejecutivo canario se inicia una senda de colaboración en un asunto en el que hace tiempo que deberían ir de la mano.

…Con este objetivo convendría que el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, tome conciencia de que ahora mismo su papel nada tiene que ver con el que desempeñó durante años en el Congreso de los Diputados como portavoz de CC. Su labor debe estar encaminada a buscar el consenso en aquellos grandes temas en los que las Islas se juegan su futuro. La bronca y la crispación debe dejarlas en manos de otros dirigentes, bien de CC o del PP, su socio en el Ejecutivo. Esto no supone perder firmeza en reclamar al Estado lo que el Archipiélago precise, pero con rigor, no abonado al lloriqueo o la pataleta constante que, a la larga, provoca el efecto contrario, es decir, que en los centros de poder no le hagan el más mínimo caso. Para ello, es necesario tener altura de miras y no quedarse en los réditos que a corto plazo pueden reportar los discursos grandilocuentes.

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