- Al ampliar la nacionalidad y el voto a los nietos de los emigrantes, el actual presidente de Uruguay podría elegir a un alcalde en Ourense si se lo propone. ¿No considera este modo un poco desmedido?

- Efectivamente, existe una apertura al voto emigrante para todo tipo de elecciones y los partidos se muestran muy sensibles con ello porque temen que pueda alterar el mapa electoral. Pero, curiosamente, la propuesta de extender la nacionalidad a los nietos recibió el saludo unánime de todas las fuerzas políticas y en convocatorias muy importantes, como fueron las autonómicas del 2005, se demostró que la influencia del voto exterior es más bien relativa. No alteró ningún resultado.

- ¿En qué medida contribuiría el voto en urna a que el proceso fuera más limpio?

- En mi opinión, mejoraría la transparencia y la participación, puesto que simplifica el procedimiento de voto. El acto en sí es más atractivo para el ciudadano, mucho más que el establecido por correo. Al voto en urna se le resta importancia, pero bien gestionado supone un gran avance para el emigrante.

- ¿Y la depuración del censo, no debería ser constante?

- Es cierto que la actualización de los censos no es sistemática y sería necesario avanzar en la informatización y simplificación de todo el sistema.