CRÍTICA DE CINE

La maternidad que no cesa

El Correo, ANTON MERIKAETXEBARRIA, 03-12-2007

Tercera película como directora de la actriz Adrienne Shelly (‘La increíble verdad’), casada con Andy Ostroy, presidente de la CEO, y madre de una niña de 3 años, asesinada en su apartamento de Nueva York, el 1 de noviembre de 2006, por un inmigrante ilegal ecuatoriano. Trágica desaparición la de esta talentosa cineasta independiente, empeñada esta vez en contarnos la historia de una mujer íntegra, dispuesta a escapar de su monótona vida – y de un marido déspota – , en un pueblecito, cocinando deliciosas tartas, que ella bautiza de la forma más irónica que quepa imaginar.

Asimismo, el amor surgirá en su diario discurrir, así como un embarazo, que la hará enfrentarse con nuevas responsabilidades. ‘La camarera’ se convierte así en una delicada comedia romántica, centrada en el miedo, o al menos, los temores, las dudas ante su próxima maternidad, con todo lo que ello conlleva. Una mujer de cuerpo entero, que asumirá al fin con alegría el secreto de llevar la vida en su vientre, de asumir sin complejos los lazos indestructibles que la unen con el nuevo ser que va a nacer.

Película intimista, por tanto, sazonada con la elaboración de apetitosos pasteles – ‘Pastel odio a mi marido…’, ‘Pastel no quiero tener una aventura que…’ – , en un agridulce esfuerzo creativo, que habla de la belleza y de la fealdad. Casi todas las películas tratan de ello, inevitablemente, pero ésta lo hace de un modo, digamos, deliberado. Y trata de la generosidad, de la alegría de vivir. Es por ello un filme muy valiente y recomendable.

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