Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. / Marcelo Domingo, un comerciante blanco, dice estar dispuesto a todo por defender la autonomía de Santa Cruz, la más próspera región de Bolivia, e incluso empuñar las armas para defenderse de los indígenas andinos, lo que muestra las profundas divisiones que subsisten en uno de los países más pobres de América Latina.

Sentado junto a su familia frente a su casa en la Avenida Pairita, en la periferia de Santa Cruz, Domingo cuenta que en este lugar “todos están preparados” para enfrentarse contra quienes defiendan el gobierno de Evo Morales, a quien llama el indio en un tono que no deja duda del desprecio que siente.

De piel clara y pelo rubio, el hombre (dueño de un pequeño local de venta de pollos asados) cuenta que esa preparación incluye el uso de armas, que sus vecinos y él están dispuestos a utilizar en caso de “que la cosa se ponga más fea” por la radicalización de la crisis política boliviana tras la aprobación el 24 de noviembre recién pasado de un proyecto de Constitución con votos del oficialismo.

Zonas pobres

La lucha en este sector de la ciudad es contra los habitantes del llamado Plan 3,000, la zona más pobre de la próspera Santa Cruz, que alberga a unas 150 mil personas, en su mayoría emigrantes indígenas procedentes del altiplano.

Este asentamiento indígena en el departamento más rico de Bolivia es donde está la mayor concentración de apoyo a Evo Morales.

Las condiciones de vida de este barrio son paupérrimas. La mayoría de la población vive en la miseria. Hay sólo dos avenidas asfaltadas. No existe alcantarillado y el alumbrado público no llega a todos los lugares.

El miércoles pasado, día de paro cívico contra el gobierno de Morales en seis departamentos bolivianos, se vivió una tensa calma a la entrada de la Avenida Pairita, el mayor acceso al Plan 3,000.

Decenas de vecinos, entre ellos Marcelo Domingo y su familia, mantenían un férreo control del lugar, que impedía el paso de vecinos y de cualquiera que intentara llegar hasta la zona más pobre.

La noche anterior se habían preparado e incluso repartido algunas armas para defenderse en caso de que los del Plan 3,000 intentaran ir hasta el centro de la ciudad, como sucedió en otras ocasiones y que generaron enfrentamientos.

Profundas divisiones

La tensión en el lugar muestra las profundas divisiones entre indígenas de la sierra y habitantes de las regiones llanera y amazónica, que se viven en Santa Cruz y se reproducen en toda Bolivia, porque agravan la crisis política en este país.

La polarización enfrenta al rico oriente (que controla económicamente al país) contra un pobre occidente (que ahora tiene el poder político).

La aspiración de Santa Cruz es lograr una mayor autonomía respecto del gobierno de La Paz, que les permita administrar de forma independiente sus recursos y elegir a sus propias autoridades. – AFP.

Origen del problema

Principales puntos del enfrentamiento del Gobierno con opositores y empresarios:

PROTESTA REGIONAL. Seis de los nueve departamentos de Bolivia (Santa Cruz, Tarija, Pando, Beni, Cochabamba y Chuquisaca) efectuaron un paro el miércoles pasado contra la imposición de una Constitución.

ASAMBLEA CONSTITUYENTE. La aprobación por parte del oficialismo, el fin de semana pasado, de un proyecto de una nueva Carta Magna sin consenso con la oposición, provocó disturbios en Sucre, con saldo de tres muertos.

RECORTE DE RECURSOS. Un bono para ancianos, que antes salía de la renta de las multinacionales petroleras, ahora será financiado por un fondo que proviene del recorte de recursos a los departamentos. Esta ley fue aprobada el miércoles pasado.

AUTONOMÍAS. Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando intentan desde hace más de dos años obtener autonomía política y administrativa, una idea que rechaza Evo Morales. Dichas autonomías fueron aprobadas en un referendo y el presidente está obligado a acatarlas, señalan opositores a Morales.

CAPITALIA. La oposición hizo resurgir a mediados de este año la idea de que Sucre se convirtiera en sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo, que funcionan en La Paz desde el siglo XIX.

TIERRAS. El Gobierno ha intentado implementar una reforma para dar función social a la tierra, y redistribuirla entre campesinos e indígenas aquella que sea improductiva, pero los poderosos latifundistas del oriente del país se oponen a ello.