Nicolas Sarkozy declaró ayer que los episodios de guerrilla urbana acaecidos esta semana en arrabales de París «no tienen nada que ver con una crisis social» sino con la ‘golfocracia’, neologismo con el que nombra la ley del hampa imperante en los guetos étnicos. El presidente francés compareció luego ante sus compatriotas por televisión para prometerles que encontrará «uno a uno» a «todos» los autores de disparos a policías durante unos enfrentamientos que «no me tomo nada a la ligera» pues revisten «una extrema gravedad».

En un discurso matinal ante 2.000 policías y gendarmes, el político que llegó a la presidencia de Francia desde el Ministerio del Interior había arremetido contra el ‘angelicalismo’ de quienes encuentran «en cada delincuente una víctima de la sociedad, en cada revuelta un problema social». «Si dejamos que un granuja se convierta en el héroe de un barrio estamos insultando a la República y a vuestro trabajo», les dijo a los agentes, que han sufrido más de 120 bajas en los disturbios, algunas a causa de disparos de postas y perdigones.

El jefe del Estado opinó que la respuesta a los estallidos de violencia callejera no consiste en desembolsar más dinero de los contribuyentes sino que pasa por arrestar a los alborotadores. Fiel a su estrategia del palo y la zanahoria, tendió la mano a quienes desean salir adelante «honestamente». «Seremos más generosos con los que quieran una formación y un empleo, una familia y una vivienda, y más severos con los que sólo piensan en envenenar la vida de los demás», prometió.

Por la noche, en directo desde el Elíseo, Sarkozy propuso ante las cámaras organizar a mediados de diciembre una conferencia con los interlocutores sociales para consensuar la agenda de «grandes reformas» en 2008. Consciente de que la pérdida de poder adquisitivo angustia a los franceses, anunció una serie de medidas sobre la semana laboral de 35 horas, los alquileres de viviendas y los precios en las grandes superficies. «Vamos a vender un 3% de la eléctrica EDF para financiar un plan de inversión de 5.000 millones en las universidades», adelantó.

Cuota de confianza

La tercera entrevista en directo por televisión en seis meses de mandato se produjo cuando la cota de confianza del presidente ha pasado por primera vez por debajo del 50%. El barómetro elaborado por TNS-Sofres para ‘Le Figaro Magazine’ refleja un empate al 49% entre quienes confían y desconfían en su capacidad para resolver los problemas del país. Las huelgas, los disturbios y la carestía de la vida han influido en que el índice de opiniones favorables haya bajado quince puntos en tres meses