donostia. El Ararteko, Iñigo Lamarca, advirtió ayer del “peligro” de que aumente el número de las personas sin techo en Euskadi, que hace casi dos años se cuantificó en unas 1.800, si las instituciones no adecúan sus recursos a las nuevas “realidades emergentes de exclusión social grave”.

Esta es una de las advertencias hechas por Lamarca durante su comparecencia en la Comisión de Política Social de las Juntas Generales de Gipuzkoa, adonde asistió a petición del grupo Aralar para informar sobre la situación de los marginados sin hogar.

Tras aclarar que los datos manejados fueron recopilados hace casi dos años para el informe sobre esta materia publicado en mayo del pasado año, Lamarca dijo que las conclusiones y “recomendaciones” que en él se hacían tienen hoy “plena vigencia”.

Su “preocupación” por el probable aumento de las personas que viven en la calle se deriva, según dijo, de que el “perfil clásico” de estas personas ha variado y se ha diversificado, pues ahora son más jóvenes que antes casi un tercio tiene menos de 30 años, aproximadamente la mitad son inmigrantes y cada vez más presentan enfermedades mentales.

Si la respuesta que se da desde las instituciones, señaló, “no se adecúa debidamente” a estas nuevas situaciones de exclusión social, “corremos el peligro” de que vayan en aumento.

Entre los problemas detectados en la red de atención a estas personas que contaba con 1.135 plazas de alojamiento, la mayoría nocturno, en la Comunidad Autónoma Vasca destacó las “lagunas” normativas, la falta de “clarificación competencial” entre las distintas administraciones, la “descoordinación” de los recursos, la “escasa implicación” del conjunto de la red social ordinaria y, sobre todo, la “saturación” de los centros disponibles.

Lamarca insistió en la necesidad de crear “espacios adecuados” para atender a las personas sin techo que además presentan problemas mentales, ya que muchas veces, “reciben el alta psiquiátrica pero no tienen adonde ir”.

“Es inaceptable que existan situaciones de pobreza y exclusión social grave en un contexto de crecimiento económico”, señaló el Ararteko, quien defendió que “un modelo social solidario” es “un elemento clave de cohesión”.