MUNDO

Los socialistas claman que «no se ha hecho nada» desde la crisis de 2005

El Correo, 28-11-2007

La oposición socialista y la ultraderecha extraparlamentaria coincidieron ayer en responsabilizar, por distintas razones, a Nicolas Sarkozy de la nueva crisis en los suburbios. Todos los partidos políticos franceses representados en la Asamblea Nacional (Cámara de los Diputados) condenaron de manera unánime las agresiones y actos de vandalismo perpetrados por los violentos.

«Tiene que haber acontecimientos dramáticos para que Nicolas Sarkozy y el Gobierno digan que hay que hacer algo», deploró Aurélie Filippetti, portavoz del grupo parlamentario socialista. Tras recordar que el actual jefe del Estado era ministro del Interior en el otoño caliente de 2005, opinó que desde entonces «nada se ha hecho, nada ha cambiado».

«Es la demostración de que esta política que pretende ser muy dura no tiene impactos positivos en el terreno», añadió la diputada socialista. «Esto muestra que no tenemos los medios necesarios para una verdadera política en estas barriadas», señaló Filippetti.

«No se ha sacado ninguna lección», insistió su colega de grupo Arnaud Montebourg, quien abogó por el restablecimiento de la Policía de barrio puesta en marcha por la izquierda y suprimida por la derecha. «Hay que restaurar la confianza entre una población que ya no confía en las instituciones», alegó.

«Política enloquecida»

Desde la extrema derecha Marine Le Pen, vicepresidenta ejecutiva del Frente Nacional, opinó que «los franceses pagan la política enloquecida de Nicolas Sarkozy en materia de inmigración y la impresión de impunidad que dejó que se instalara en los disturbios de 2005».

La hija de Jean Marie Le Pen exigió la expulsión de los extranjeros delincuentes mientras que su padre se mantuvo fiel a su línea al diagnosticar «el resultado de una inmigración desenfrenada, de una invasión migratoria anárquica que todos los gobiernos han dejado que se desarrolle y contra la cual el Gobierno actual no toma medida alguna».

El grupo parlamentario centrista, que forma parte de la mayoría gubernamental, consideró «estas violencias inaceptables en un Estado de Derecho». «Cuando se vuelven a ver imágenes de encerronas tendidas a las fuerzas policiales y los bomberos, expresamos nuestra solidaridad a todos los que ejercen misiones difíciles en nombre de la República», declaró su portavoz.

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