Bronca latina

Aumentan los incidentes entre los latinos de Barcelona

La Vanguardia, , 26-11-2007

ENRIQUE FIGUEREDO – Barcelona

Los conflictos en el interior de los grupos más violentos de la comunidad latina de Barcelona están aumentando progresivamente desde hace unos meses. En distritos como Les Corts y Sants-Montjuïc, el número de servicios de patrullas de los Mossos por peleas o alborotos entre jóvenes de origen latinoamericano está aumentando exponencialmente y se ha convertido en una cuestión que abordar en esas zonas de la ciudad.

Hablar de concentraciones de jóvenes, por ejemplo, los fines de semana en determinadas plazas o en los alrededores de locales de ocio o discotecas donde se producen reyertas o alborotos no significa hacerlo de las conocidas bandas latinas como los black panthers, los mareros, los latin kings o los ñetas. Sin embargo, es cierto que muchos de los detenidos por los Mossos a menudo dicen pertenecer a algunos de estos grupos. En ocasiones, apelar a una banda sin serlo resulta simplemente un intento de amedrentar a los rivales simulando que tras de quien lo dice hay una organización potente capaz de vengar la afrenta. En otras, el reconocimiento de pertenencia a alguna de estas bandas se corresponde con la realidad, como confirman agentes que han participado en operativos relacionados con incidentes en la calle.

Los informes policiales señalan que los aledaños de salas de ocio como Pachá, Quartier o Up & Down son lugares donde se concentran y registran actos de violencia, de diferente intensidad, entre grupos de latinos que allí se dan cita convirtiéndolos así en puntos de encuentro. En el distrito de Sants-Montjuïc, lugares como la plaza Olivereta o la de Can Mantega concentran estos problemas, según fuentes policiales. Las incidencias se producen cada semana, en especial las noches de los viernes, los sábados y los domingos.

Las informaciones disponibles señalan que en unos casos las fricciones se reproducen por la convivencia en el mismo espacio de jóvenes pertenecientes a diferentes colectivos o bandas que rivalizan. Durante sus contactos en el espacio público, al final salta una chispa que dispara el conflicto. Existe otra casuística, cada vez más creciente, que consiste en que las pandillas enfrentadas se citan un día y a una hora en un lugar concreto y dirimen mediante la violencia sus diferencias y sus cuitas.

Las mismas fuentes policiales consultadas aclaran que ni mucho menos los barceloneses de origen latino que pasan parte de su tiempo libre en parques y plazas se ven envueltos en estos problemas. La extensión de la vida vecinal a los espacios urbanos abiertos es, en muchos casos, una cuestión de idiosincrasia; una herencia cultural trasladada a Barcelona desde sus lugares de origen.

Son varios los casos y las anécdotas recogidas en los últimos meses. Durante el pasado mes de julio, un mismo distrito tuvo que atender en una sola tarde seis requerimientos efectuados al 088 por violencia entre grupos latinos. En el momento de las detenciones, ha habido ocasiones en las que se han intervenido armas blancas y, excepcionalmente, algún arma de fuego que no consta que haya sido utilizada.

La percepción que algunos detenidos tienen de la acción policial en España es muy distinta de la vivida en sus países de origen, donde con cierta frecuencia los agentes de la ley no hacen honor a su título y se saltan los derechos del arrestado a la torera. Un veterano agente de la policía autonómica destinado en uno de los distritos de Barcelona con estos problemas explica lo que uno de estos jóvenes pandilleros le contó tras una detención: “Ustedes no me dan miedo. En mi país, si la policía me prende un sábado por la noche como el de hoy haciendo lo que estaba haciendo, me llevan a un monte y me pegan un tiro y nadie más sabe de mí”.

Los distritos de Sants-Montjuïc y Les Corts viven esta situación de forma mucho más intensa desde el último año y, especialmente, desde el pasado verano. En ciertos sectores de los Mossos d´Esquadra parecen tener una explicación al respecto. La primera comisaría de Catalunya que llevó a cabo acciones muy concretas encaminadas a acercarse a las comunidades latinas y medidas preventivas en contra de sus miembros más agresivos – los casos de violencia de género son muy significativos- fue la de l´Hospitalet de Llobregat. Algunas de las fuentes consultadas creen que la presión policial ejercida en esa ciudad ha llevado a algunos grupos a cruzar la imaginaria frontera que la separa de Barcelona y adentrarse en la capital catalana.

Uno de los últimos episodios más cruentos entre latinos, que se produjo la noche del pasado sábado 8 de septiembre en un bar de l´Hospitalet, no saltó a la luz. Los Mossos d´Esquadra prefirieron guardar este suceso en secreto para no generar una espiral de violencia, según la versión de estos hechos ofrecida por una fuente policial. Los Mossos evitaron que el caso saltara a los medios de comunicación. Unos jóvenes apuñalaron a un rival por la espalda con un cuchillo de veinte centímetros de hoja. En aquella ocasión, hubo suerte y se pudo detener a los supuestos autores.

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