El comercio se queja de las dificultades para competir con los bazares chinos

numerososestablecimientos de este tipo han abierto en donostia en los últimos años. El Gobierno Vasco prepara un decreto que regule el horario de locales de más de 140 metros cuadrados

Diario de noticias de Gipuzkoa, aitor jordana, 23-11-2007

Donostia. El comercio tradicional donostiarra muestra su preocupación por la imposibilidad de competir con la amplitud del horario de un tipo de negocio relativamente nuevo en la ciudad, que está proliferando en los últimos años: los establecimientos dedicados a la venta de todo tipo de productos de bajo precio regentados por personas de nacionalidad china. Es difícil saber su número exacto, pues la Cámara de Comercio de Gipuzkoa reconoce que “cuando se dan de alta, no se sabe el nombre de la persona que lo regenta”, apuntan desde el ente.

Pero los comerciantes donostiarras aseguran que los conocidos como bazares chinos cada día son más y están en todos los barrios de Donostia. “Los hay en todos los barrios pero, sobre todo, en Gros”, explica la gerente de Shops Donostia-San Sebastián, Lourdes Lázaro. A juicio de la gerente, la evolución de este tipo de establecimientos es “cuando menos preocupante, ya que incide directamente en la vida comercial”. En este sentido, Lázaro señala que es la amplitud horaria la que más preocupa. “No tanto la calidad del producto”, dice. A pesar de que no existe un estudio específico referido a establecimientos de estas características, Lázaro no descarta futuras actuaciones para ver “de qué manera se puede acometer este tema y conocer la ubicación y la influencia que puedan tener en el comercio de cada zona”.

Gran parte de los comercios chinos abren sus puertas todos los días en horario de mañana y tarde. En este sentido, Lázaro explica que mantuvieron reuniones con el Gobierno Vasco para ajustar el horario de los mismos. El departamento de Industria, Comercio y Turismo está tramitando la segunda modificación de la ley de actividad comercial con el objeto de regular los horarios de los establecimientos de más de 140 metros cuadrados. “Algunos son bazares chinos y otros no. Este decreto regulará los establecimientos de más de 140 metros cuadrados, no expresamente los bazares chinos, aunque puede afectar a alguno de éstos”, apuntan desde el departamento. Se espera que en febrero de 2008 el Parlamento Vasco dé luz verde a este decreto.

Comerciantes donostiarras aseguran, en este sentido, que este tipo de negocios se sitúan en los locales más apetecibles por su ubicación y superficie. “No todo el mundo se puede permitir acceder a los locales en los que abren”, señala Rosa Díaz, de la tienda Laida Rodríguez. En el barrio de Gros, los vecinos señalan, entre otros, a la antigua sucursal de Bankinter y la tienda Frudisk, de la calle Miracruz, “locales inmensos que van a abrir próximamente”.

En el momento en que se dan de alta en la Cámara de Comercio de Gipuzkoa, lo hacen en calidad de bazar. “Pero no todos los que lo hacen tienen por qué tener nacionalidad china”, apuntan desde el organismo. Centro Hogar y Detalles es un bazar en la calle San Francisco, en el barrio de Gros. “Sí que se nota que cada vez hay más. Nos han invadido”, apuntan desde el mismo. La oferta de este bazar y la de las nuevas tiendas chinas es similar. “Nosotros respetamos el horario. Cerramos a las 20.00 horas, pero sales y una hora más tarde, los chinos siguen abiertos”. Los responsables de este establecimiento apuntan tener miedo “a que se instalen en el local de al lado que ha quedado vacío”. Se trata de un bajo en la esquina de las calles San Francisco y Bermingham de grandes dimensiones.

La actitud de los comerciantes donostiarras ante estas nuevas tiendas es de recelo. “Estamos negros”, reconoce Rosa Díaz. “No soy racista y me parece estupendo que la gente venga a ganarse la vida, pero es una vergüenza las facilidades que se les están dando y que los demás no tenemos”. Esta mujer apunta al Ayuntamiento y señala que “una vez le dije a Odón Elorza que mirara más por el barrio de Gros y él me respondió que era su debilidad. A ver si es verdad”. El temor de Díaz viene de “todos los que van a abrir. Es un fenómeno que está creciendo. Llevo más de treinta años trabajando en el barrio de Gros. He conocido los años dorados del barrio y ahora estamos invadidos”.

clientes Decenas de personas se agolpan en la cola del bazar que se ubica en la esquina entre las calles Nueva y Padre Larroca. En él, se pueden adquirir desde productos de papelería hasta sábanas, pasando por cinturones, despertadores y artículos de ferretería a precios muy bajos. Alicia Arbizu es una de las mujeres que sale del local. “No vendría a comprar ropa, por ejemplo, pero los adornos navideños te hacen la misma función y salen más baratos”. No obstante, esta vecina considera que “hay demasiados establecimientos de este tipo”. Detrás de ella, un hombre acaba de comprar un juguete. “Es para el crío y los juguetes de marca son muy caros”, añade. Tampoco ve bien tantos establecimientos de este tipo, “porque pueden desvirtuar la zona”. En este sentido se expresa otra mujer. “Los ponen en cualquier parte sin tener en cuenta que en algunos sitios desentonan”.

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