No hay detalles sobre grupos concretos, ni siquiera el término fascista se circunscribe a las organizaciones de esta ideología, pero el PP ha querido pisar de nuevo el terreno al PSOE y no aparecer como un partido al que no le preocupa la violencia generada por grupos fascistas, como el que hace unos días asesinó a un joven en Madrid. Los populares han tomado la iniciativa y han pedido lo que ha solicitado en otras ocasiones para el entorno político de ETA, su ilegalización. En una proposición no de ley, el PP insta al Gobierno a iniciar, antes de las elecciones, los trámites para la ilegalización “de todas las organizaciones que fomenten el odio, el racismo y la xenofobia y actúen contra los valores constitucionales”, a la vez que solicita que se cree una fiscalía especial contra la violencia motivada por la ideología, el racismo y la xenofobia. El portavoz del PP, Eduardo Zaplana, defendió la “ilegalización de los grupos fascistas que usan la violencia” y citó los incidentes de Madrid y Barcelona.