Madrid culpa al Gobierno canario de la situación de los menores inmigrantes

Canarias 7, , 17-11-2007

Canarias7
Las Palmas de Gran Canaria
La secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí, recordó ayer que el Gobierno de Canarias rechazó en el Congreso, a través de Coalición Canaria, ampliar el plan de traslado a la Península de los menores inmigrantes no acompañados. Por su parte, Rivero vuelve a criticar la actitud del Estado.

Consuelo Rumí contestaba así a la denuncia del Gobierno canario de que el Estado no atiende a la llegada masiva de menores inmigrantes no acompañados.

Asimismo ha indicado que «la competencia en menores no acompañados la tiene el Gobierno canario porque así lo quiso en su Estatuto de Autonomía».

«Nosotros hemos cumplido con los compromisos», insistió Rumí. de trasladar a 497 menores «a través de un gran esfuerzo económico por parte del Gobierno de España, que se hace cargo de esos traslados y del coste diario de cada uno», además del realizado por las Comunidades Autónomas y las ONG «que están atendiendo a los menores».

«A partir de ahí, ya saben que hay comunidades que no participan en este programa, ni han mostrado su interés en participar, que son socios de CC en el Gobierno de Canarias», ha señalado.

Rumí ha dicho que no ha hablado con el Gobierno canario sobre la situación actual de los menores en Canarias «porque no ha habido ningún contacto por parte de la nueva consejera desde que tomó posesión». «No es del Gobierno de España esa responsabilidad», ha indicado Rumí.

La situación de los menores inmigrantes en las Islas es muy complicado. El Gobierno de Canarias acoge a mil niños en centros que no cuentan con las infraestructuras adecuadas.

Por su parte, el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, volvió a criticar ayer la política del Estado en materia de inmigración, que dijo se caracteriza por una «pasividad» que contrasta con «la sensibilidad de la Unión Europea» ante el problema.

Como conclusión, Paulino Rivero «lamenta que la sensibilidad de la Unión Europea contraste con la pasividad del Gobierno del Estado».

Un Ejecutivo que, según Rivero, «se ha instalado en una política defensiva para eludir las críticas que recibe diariamente desde distintos ámbitos de la sociedad canaria, por permitir, como dijo Durao Barroso, que las Islas puedan convertirse en una balsa a la deriva».

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