Los ministros del Gobierno socialista encargados de los asuntos del agua y
de la inmigración deben creer que los murcianos son tontos. Por eso, en
plena sequía y con trasvase del Ebro derogado lo único que tienen que
hacer en Murcia es inaugurar exposiciones de hace 20 años o, como es el
caso de Caldera, viene a Murcia para reunirse con los chicos de la UGT y
no para hablar de la oleada de pateras que día sí y día también arriban a
las costas de Murcia de manera imparable. A día de hoy ya son casi 400 los
inmigrantes que han aparecido en las costas de Murcia sin que el Gobierno
haya abierto la boca, y por lo que parece la cosa continuará exactamente
como está.