Interior cerca a los ultras ante el 20-N para evitar actos de «guerrilla urbana»

ABC, 14-11-2007

CRUZ MORCILLO

MADRID. «Por tu seguridad, por la de tu familia, ¡Da un paso al Frente!». Con ese reclamo convocó durante dos semanas el Frente Nacional a sus simpatizantes a la manifestación celebrada en Madrid el pasado domingo. A la misma hora, Democracia Nacional (DN), otro de los llamados partidos «patrióticos» o de extrema derecha, elegía el barrio de Usera. Las dos marchas eran contra la inmigración y la segunda, antes de empezar, se cobró la vida de un menor de 16 años en el Metro. La estética de víctima y agresor actuaron como detonante. Los dos actos habían sido autorizados por la Delegación del Gobierno en Madrid. «Se debería haber evitado ese lugar, zona de muchos inmigrantes; fue un tanto irresponsable», señalan fuentes policiales.

Después de que unos y otros se hicieran cruces por el asesinato, y de que se atizaran las llamas ultras, el Gobierno no quiere el menor asomo de violencia durante el fin de semana, emblemático para los nostálgicos del franquismo. Este año además concita peculiaridades. «La aprobación de la Ley de Memoria Histórica puede servirles como banderín de enganche, de hecho ya han esgrimido ese argumento para llamar a la movilización», explican fuentes policiales. La Confederación Nacional de Combatientes ha pedido expresamente que el acto de la plaza de Oriente se convierta en una expresión de indignación y repulsa contra la ley.

Los expertos en grupos ultras consideran que las concentraciones de la semana pasada buscaban aglutinar seguidores para dar un barniz distinto al 20 – N este año; habrían sido, según esta visión, una especie de banco de pruebas. «Los convocantes de DN eligieron Usera para atraer la atención de los vecinos a su causa, se trataba de espolear sentimientos xenófobos», explican las fuentes.

Esta apreciación de «ensayo», unida al asesinato de Carlos Javier Palomino, han llevado a la Delegación del Gobierno en Madrid a esmerarse con el dispositivo de seguridad montado para los «fastos». El diseño del operativo, número de integrantes, zonas de despliegue y el resto de detalles se decidirán hoy con los máximos responsables de seguridad de la región. Desde el viernes y hasta el 20 – N, Policía y Guardia Civil se desplegarán por todas las zonas susceptibles de concentración de nostálgicos, por un lado, y de posibles puntos de reunión de «neonazis» o «skin red», por otro. El Valle de los Caídos estará tomado, «más que nunca», por la Guardia Civil (Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia, agentes de los puestos, de Información, por supuesto, y un retén a la espera por si hay problemas). Este Cuerpo también vigilará de cerca los pueblos más conflictivos de su demarcación, aunque ese control es previo. El Corredor del Henares con Alcalá como emblema estará en el punto de mira de todos.

La Policía Nacional se ocupará de Moncloa, la zona de Atocha, Malasaña, Tribunal, la plaza de Oriente, Génova y otros puntos «delicados». Un generoso despliegue de las Unidades de Intervención Policial (UIP), más agentes de información y patrulleros velarán para que nada se desmande.

La Delegación ya ha decidido qué manifestaciones autoriza y cuáles no (ver ficha), aunque el objetivo era prohibirlas prácticamente todas. No obstante, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid quitó la razón al Gobierno y dio el visto bueno a la de Falange del sábado, convocada bajo el lema de que «Primo de Rivera fue asesinado por los socialistas». Eso sí, ha habido negativa rotunda hacia las dos más radicales y, por tanto, más susceptibles de acabar en batallas campales: la de los ultraderechistas de Alianza Nacional, los ex amigos de Ynestrillas, y la de la Coordinadora Antifascista de Madrid (que da cobertura a antisistema, ecologistas, anarquistas, «red skin» y «sharp»).

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