El mar se traga veinte inmigrantes tras naufragar su cayuco en Gambia La embarcación volcó el sábado frente a las costas de Banjul _ Hay 30 supervivientes

ABC, 13-11-2007

ERENA CALVO

LAS PALMAS. Engullidos por el océano, desaparecidos para siempre. Son los muertos del mar. Incontables. Sin nombre, ni apellidos, ni edad. Irreconocibles. Cada vez son más. Semana tras semana, mes tras mes, se conoce el triste desenlace de algún grupo de jóvenes, casi siempre subsaharianos, que parten de las costas africanas y que nunca logran alcanzar su destino. La desgracia se produjo este fin de semana cerca de las costas de Gambia, a 1.700 kilómetros del punto que querían alcanzar: Canarias.

La televisión estatal de este pequeño estado africano, rodeado por Senegal excepto en la desembocadura al Atlántico del Río Gambia, informaba ayer de que una embarcación habría volcado el sábado por la noche debido a las malas condiciones meteorológicas. Veinte de sus cincuenta ocupantes perdieron la vida en el naufragio. Los otros treinta habrían logrado escapar.

La policía gambiana fue alertada por el superviviente Lamin Fatty, cita la cadena. «Creo que treinta personas lograron escapar, les mostré a los oficiales de la Marina que vinieron al lugar siete cuerpos muertos. El capitán de la embarcación se encuentra en paradero desconocido», relató Fatty, quien desveló además que les habrían pedido la cantidad de 1.000 euros para llegar hasta las costas canarias. Un largo y penoso viaje que se puede realizar en unos diez días aproximadamente.

En lo que va de año son ya 31 los cadáveres recuperados en las Islas, bien a su llegada o tras su fallecimiento en los hospitales canarios, según datos aportados por la Delegación del Gobierno. La Guardia Civil aporta otra cifra y hablan de un total de 350 desaparecidos en 2007. Las organizaciones humanitarias elevan esta cifra a miles.

Lo cierto es que las mafias buscan cada vez puntos más alejados de la costa africana para emprender el viaje hacia las costas españolas, aseguran fuentes informadas. Fueron descendiendo desde Marruecos, a Mauritania y al norte de Senegal; pero los esfuerzos europeos, y sobre todo españoles, para blindar las fronteras – en lo que va de 2007 han alcanzado costas canarias cerca de diez mil indocumentados frente a los 30.000 que lo habían conseguido a estas alturas el año pasado – han desplazado a las mafias al sur. Gambia, la zona senegalesa de Casamance, Guinea Bissau o Conakry son ahora los puntos elegidos.

El de este fin de semana es el tercer naufragio en las últimas tres semanas después de que un pesquero español, el «Tiburón III», encontrase un cayuco con un superviviente, Leilly Fall, y siete cadáveres a 600 millas de las costas canarias y 300 de Cabo Blanco, en Mauritania; el superviviente, patrón de la embarcación, aseguró que habían lanzado por la borda a 49 compañeros.

La semana pasada otro cayuco era encontrado por la armada mauritana en la zona de La Güera (frontera entre Mauritania y el Sahara Occidental) con 101 supervivientes. En este caso también dijeron haber tenido que lanzar al océano a otros cincuenta ocupantes del cayuco. Ya en Mauritania, donde fueron trasladados por el «Esperanza del Mar», otros cinco indocumentados, en su mayoría senegaleses, perdieron la vida en el hospital de Nuadibú donde habían sido internados con pronósticos graves.

Pateras de niños

Y si aumentan los muertos, también ha aumentado el número de menores indocumentados, la mayor parte de origen magrebí, que alcanzan las Islas a bordo de pequeñas pateras que tienen como origen las costas de Marruecos o del Sahara. Desde la madrugada de este lunes han sido tres las embarcaciones clandestinas que han terminado en Gran Canaria y Lanzarote con 60 indocumentados de origen magrebí a bordo. La mitad de ellos declararon ser menores de edad, aunque tras practicarles las pruebas óseas y recoger los resultados, a media tarde se supo que diez de ellos eran adultos. Una de las pateras habría partido de El Aaiún.

Estos veinte menores se vienen a sumar a los más de cuarenta que han alcanzado Canarias en la última semana, elevándose a cerca de 900 los menores indocumentados que albergan los centros canarios habilitados por el Gobierno regional como medida de urgencia tras la oleada de embarcaciones clandestinas del pasado año. Con un cupo para 350 chicos, el Ejecutivo regional sigue demandando del central ayuda en esta materia.

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