El militar que asesinó al menor iba solo y se abalanzó sin mediar palabra

ABC, 13-11-2007

M. J. ÁLVAREZ

MADRID. El crimen del menor de 16 años en un vagón del Metro de Legazpi en Madrid el domingo a manos de un supuesto miembro de un grupo de ideología nazi sigue causando consternación. La cuchillada en el corazón, perpetrada con un arma blanca, hace pensar en la intencionalidad del militar, el presunto autor, detenido tras los hechos por la Policía.

Josué E. de la H., de 24 años, de nacionalidad española, permanece en el calabozo. Ayer declaró y hoy pasará a disposición judicial. Se da la circunstancia de que es un soldado profesional destinado desde enero en el Regimiento Inmemorial del Rey del Ejército de Tierra. Desde su ingreso en las Fuerzas Armadas no había dado «ningún problema».

Los hechos que se le imputan sucedieron al mediodía del domingo, cuando, según afirmaron ayer testigos directos de lo ocurrido y amigos del fallecido, Carlos Javier Palomino Muñoz, un grupo de unos 200 antifascistas de varios puntos de la capital se habían citado en la Línea 3 del Metro, en la estación de Legazpi. Querían boicotear la manifestación en contra de la inmigración convocada por las Juventudes de Democracia Nacional (JDN), que se celebraba en el distrito de Usera.

Llevaban silbatos

Iban a acudir al final del acto, en la glorieta de Cádiz, provistos de silbatos para hacer patente su protesta y hacerse oír por las agresiones racistas. Cuanto estaban bajando las escaleras el tren entraba en el andén. Y apuraron el paso para cogerlo, siempre según esta versión. Los doscientos chavales se repartieron a lo largo del convoy, modelo 3.000, el conocido como «gusano», que se comunica entre sí, ya que no tiene separación entre los vagones. La víctima entró con una decena de amigos y se fijaron en Josué. «Llevaba una camiseta que usan los «fachas», con el lema «Three stroke» y unos pantalones de chándal con la bandera de España en los laterales. Tenía el pelo rapado y era alto y de complexión delgada». Así le describen.

Al ver al grupo, Josué se levantó del asiento y se abalanzó sobre ellos. «Mantenía la mano en la espalda, donde tenía una navaja, de no más de ocho centímetros de hoja y se la clavó al primero que pilló, a Carlos Javier. Luego, creo que agredió a Alejandro Jonatan M. M., de 19, el que tiene perforado el pulmón», asegura un amigo que no quiere decir su nombre. Lo mismo indicaron fuentes de la investigación consultadas.

«Fue muy rápido. En cuestión de segundos. Y no medió provocación alguna por nuestra parte. No abrimos la boca», insisten. Atribuyen la reacción del militar al miedo. «Nos vería alguna chapa antifascista o alguna camiseta reivindicativa y se lanzó a por nosotros, que éramos más».

Cuando se dieron cuenta de lo que ocurría, el autor de las puñaladas había salido corriendo del tren, que no había cerrado aún sus puertas. Empezaron a perseguirle y a lanzarle todo tipo de objetos y se deshizo del arma homicida en la trifulca que se organizó. Al final fue interceptado. «Algunos le agredieron y resultó herido», agrega otra chica.

Al final, fue detenido por la Policía Municipal en el interior del suburbano. «Se protegía detrás de ellos como un cobarde», subrayan. Simultáneamente un amigo de la víctima salió corriendo a la calle a avisar una ambulancia. No pudieron hacer nada por él.

Mientras algunos se quedaban en el lugar de los hechos, el grueso del grupo decidía ir a la manifestación. Y fue ahí donde se produjeron los segundos incidentes cerca del punto del final de la concentración. Ellos niegan que hubiera una batalla campal entre los dos grupos enfrentados, nazis y antifascistas, pero la Policía, como se sabe, sostiene lo contrario.

Fuentes consultadas por ABC indican que todo comenzó tras las cuchilladas, primero en el Metro, y después en la calle. Allí, en dirección al final de la marcha, unos 300 antisistema de izquierdas, pertrechados con palos, lanzaron botellas y cócteles molotov. Los enfrentamientos con los agentes y con los manifestantes acabaron con cuatro detenidos tres menores – dos de 16 y uno de 15 – y la de José Antonio M. de la H., de 36 años.

Democracia Nacional se desvinculó ayer de la muerte del menor y asegura que el autor de las cuchilladas no está afiliado. Incluso dudaban de su participación en la convocatoria.

300 violentos detenidos

El secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, aseguró ayer que, en lo que va de año, han sido detenidas más de 300 personas relacionadas con grupos u organizaciones violentas que operan en la Comunidad de Madrid, informa Ep. A su entender, los jóvenes tienen que vivir «en un ambiente libre y alejado de la violencia» para evitar sucesos como el que le costó la vida a este joven.

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