Fascistas y antifascistas conviven en la región. Se odian, pero apenas coinciden en la calle. Cuando lo hacen, el resultado final deja multitud de heridos, y en ocasiones como la de ayer, muertos. Ambos movimientos tienen rasgos en común, pero los ocultan ahondando en los temas que les distinguen, como su opinión de los extranjeros Conviven en Madrid y se profesan un odio profundo. Son los skinheads y los sharps, también conocidos como redskins. Cada grupo dedica buena parte de sus energías en atacar al otro. Carteles, pintadas, internet y sus foros… El día a día de cada grupo es hacer frente al otro utilizando las mismas armas y clichés. A diferencia de lo que ocurre en otros países, en España no suelen enfrentarse cuerpo a cuerpo habitualmente. Pero cuando lo hacen, el resultado es trágico. Como ayer. Estos son los grupos que se enfrentaron.

‘SKINHEADS’

En sus comienzos, era una tribu urbana más. Formada por amantes de la música ska y la ropa militar, destacaban por llevar la cabeza rapada al cero. Al poco tiempo, la estética fue adaptada por militantes de la ultraderecha europea. En sus inicios españoles, el racismo nacionalsocialista fue dejado a un lado en pro de la defensa de una nación «grande y libre». Volver al franquismo era su principal objetivo, hasta que entraron en escena los inmigrantes. Entonces las diversas formaciones sí giraron hacia posturas más xenófobas, amparados en partidos como España 2000 o Democracia Nacional.

Ahora, el claquear de sus botas militares con punta reforzada (preferentemente con acero) se centran en zonas marginadas. Amparados por el espíritu del político radical Le Pen, que ganó buena parte de sus votos en Francia con el apoyo obrero, acuden a estos barrios a buscar adeptos. Y a provocar. Faltos de un líder espiritual, los madrileños copian todo lo que les parece interesante en el panorama político mundial. Asumen su vestimenta y cada uno de sus detalles. Es el caso del cartel que anunciaba la manifestación de ayer en Usera, la que acabó desencadenando el acontecimiento. En este caso, los jóvenes de Democracia Nacional copiaron el polémico cartel de propaganda electoral de la Unión Democrática de Centro (UDC), un partido suizo de corte ultranacionalista, y, según sus detractores, xenófobo. Ese cartel mostraba como tres ovejas blancas pastan sobre la bandera helvética mientras una de ella expulsa a una negra de una patada.

Esa misma imagen fue la cogida por los jóvenes de ultraderecha españoles, con una diferencia. Las ovejas negras son las que se encuentran sobre la bandera española, defecan sobre ella y, además, miran desafiantes. El animal que recibe la patada y es expulsado de la nación es el borrego blanco, que porta el lema «Spain is diferent». Según datos de 2006, la Policía tiene identificados a unos 1.500 skinheads en Madrid. El 40% de ellos, menores de edad.

‘SHARPS’

Juegan con el doble significado se su nombre. En inglés, aparte de «cabezas rapadas contra el prejuicio racial», significa «afilado». El movimiento nació en Estados Unidos a finales de los 80, y acostumbra a ser sinónimo de redskins porque los acólitos son cabezas rapadas, pero antirracistas. En Madrid, no suelen asociarse a ningún partido político. Organizan sus movimientos en páginas de internet como la Coordinadora Antifascista de Madrid.

No hacen ascos a manifestarse junto a otras personas de ideología afín. En los últimos años, han nacido decenas de grupos que beben de este movimiento. Es el caso de Vallekas Barrio Rebelde, Unión de Jóvenes Comunistas, Red & Anarchist Skinheads Madrid, Colectivo 4º Mundo Activista, Bukaneros o Impresentables. Los más violentos acuden encapuchados a los actos y esperan al final para agredir y causar destrozos. Así no comprometen a las agrupaciones, que suelen legalizar las manifestaciones.