CATALINA TOBAR PINTORA

«Los que emigramos buscamos similitudes entre los paisajes de aquí y los de nuestros países»

La pintora chilena-irunesa inaugura hoy una colección de pinturas con paisajes locales y de su país de origen (19.00)

Diario Vasco, MAIDER IZETA, 07-11-2007

Aunque nacida en Santiago de Chile, la pintora Catalina Tobar lleva más de la mitad de su vida viviendo en Irun. Su pasión por la pintura comenzó durante su niñez, cuando aún residía en el país andino. Ha sido autodidacta y reconoce que no imagina su vida «sin el arte o la imagen». Tobar inaugura esta tarde, a las 19.00, en la sala de exposiciones de la Caja Laboral, una colección de pinturas que lleva por nombre Paisajes de mi tierra.

- Imagino que, con ese título, los cuadros que trae a la Caja Laboral son de su país natal, ¿no es así?

- No realmente. El título de la muestra es Paisajes de mi tierra. porque aunque yo soy de Chile, llevo 31 años viviendo aquí, por eso, tanto Chile como Irun son mi hogar, mi tierra. Tengo el corazón dividido y los dos lugares pesan. He pintado cuadros de distintos paisajes de Chile, que he conocido durante varios viajes, y también cuadros de la comarca.

- Comencemos con Chile. ¿Qué podrán ver las personas que se acerquen a la exposición?

- Chile es un país lleno de volcanes, hay como tres mil. Muchos de mis cuadros se inspiran en los volcanes. Es lo que más me ha atraído siempre, me parecen preciosos. En mi habitación tengo un cuadro que pinté de un volcán, me gusta mirarlo porque me relaja.

- Y de su otra tierra, de Irun, ¿qué cuadros ha traído para la exposición?

- De aquí tengo paisajes representativos como el monte San Marcial. He tendido a idealizar los paisajes de aquí. Ya sé que la gente dirá que he metido mucho color, pero me gusta pintarlos así porque salen tantos días grises en la comarca, que creo que es bonito añadir un poco de color. Es para alegrar el paisaje.

- ¿Le recuerdan los paisajes de Irun a su Chile natal?

- En la exposición tengo un apartado en el que pretendo crear un diálogo entre los dos paisajes. Por ejemplo, hay una escultura, con forma de mano, en el desierto de Atacama que me recuerda a las esculturas de Chillida-Leku. Las Gemelas de Hendaya son muy parecidas a una roca singular que hay en Chile. A los que emigramos nos pasa que, sin querer, buscamos similitudes entre paisajes de aquí y de allí. No lo hacemos para comparar los dos sitios, lo que pasa es que hay lugares de la comarca que me evocan a sitios de Chile, es inevitable. Y esto no sólo sucede con los paisajes sino también con las personas, yo me he cruzado con gente aquí que me recuerda a personas de mi país.

- ¿Cuándo empezó a interesarle la pintura?

- Desde pequeña he sentido esta inquietud por pintar. Cuando vivía en Chile, participé en varios eventos relacionados con la pintura, siempre en el ambiente estudiantil. Cuando vine a vivir aquí, seguí pintando en casa y desarrollando este cariño que siento por la pintura.

- Los cuadros se quedaban en el entorno familiar. ¿Cuándo se animó a exponer sus obras?

- Decidí asistir a la Academia de Dibujo y Pintura para aprender. He sido autodidacta y pensé que adquirir unos conocimientos sobre las distintas técnicas no me vendría mal. Hace aproximadamente diez años, me fui animando a participar en distintos eventos y estuve en la Asociación de Pintores del Bidasoa Zubiarte y la Casa de las Américas en San Sebastián. Desde entonces, he expuesto mis trabajos en cafeterías, ferias de arte, centros comerciales…

- ¿Qué le aporta a usted la pintura?

- Muchas horas de tranquilidad y de gozo. También me ha permitido conocer a muchas personas. No puedo entender la vida sin el arte o la imagen. Pienso que cualquier manifestación artística es buena para el enriquecimiento personal.

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