La ciudad bandera

ABC, 06-11-2007

POR LUIS DE VEGA

CEUTA. Ceuta, hilvanada toda con cientos de metros de tela roja y gualda, era ayer una sola bandera para dar la bienvenida a Sus Majestades los Reyes. Los colegios suspendieron sus clases a las once de la mañana, pero a esa hora meter un alfiler en los alrededores de la plaza de Nuestra Señora de África hubiera costado ya trabajo.

Por eso, Abubakar, un escolar de seis años, presionó a su madre para no ir a clase y poder ponerse en primera fila. «Quiero ver al Rey». Y ahí estaba el niño, coleccionando banderitas, apostado en una de las vallas delante de la sede de la Asamblea cuando quedaban casi tres horas para la llegada de Don Juan Carlos y Doña Sofía. Su madre, Touria, ataviada con chilaba y tocada con pañuelo musulmán, no quería ni pensar en lo que le quedaba por delante bajo un sol a veces entrenublado que picaba lo suyo. «Al menos hoy no le pondrán falta al niño» en el colegio.

«El Faro», uno de los diarios locales, saludaba la visita de Sus Majestades reproduciendo en su contraportada la primera página de aquel 20 de septiembre de 1970, cuando siendo Príncipes llegaron por vez primera a la ciudad a bordo de una fragata. Han pasado 30 años y ayer eso se notaba en unas calles que hervían de júbilo, sobre todo cuando, a las 11.47 de la mañana, el helicóptero que trasladaba a los Reyes desde Málaga hizo una primera pasada sobre el centro de la ciudad antes de aterrizar.

El muestrario de vivas era amplio y muy variado, incluidos a la Policía y sus perros, «que también llevan la bandera de España», como señaló una señora entre el público al fijarse en las correas. Mientras este reportero tomaba notas, un grupo de chicas jóvenes hablaban entre ellas y a través de teléfono móvil mezclando el español y el árabe.

En el lateral de la iglesia de la Virgen de África, un centenar de subsaharianos que viven en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) eran los que más ruido hacían llamando la atención de los periodistas. Cantaban y reclamaban un futuro digno también ellos cubiertos por banderas españolas. «Esto es una vergüenza, porque los morenos no son el pueblo de Ceuta. Nosotros somos Ceuta», decía una señora, a la que se le hace un favor no pidiéndole el nombre por el lío que se hizo hablando de religiones y derechos.

En la acera de enfrente a Carmen Rodríguez, granadina que lleva más de cincuenta años en Ceuta, casi se le caen las lágrimas de la emoción. «Mire, en 1970 yo esperé al Rey ahí mismo, en la puerta del Ayuntamiento», recuerda. Junto a ella su amiga Arbía. Una cristiana, otra musulmana. «Vamos a todos los sitios juntas. Aquí somos todos caballas», dice la segunda, refiriéndose al apodo que reciben los ceutíes de este pescado que tanto abunda en sus aguas.

«Aquí nacimos y aquí moriremos», asegura firme Arbía, que a sus 71 años recuerda que su madre «conoció» hace ochenta años el Rey Alfonso XIII y a la Reina Victoria Eugenia cuando desembarcaron en la ciudad.

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