La prisión pide el tercer grado para agresores de inmigrantes

El País, M. J. LÓPEZ DÍAZ, 23-10-2007

Dentro de 20 días, los empresarios ejidenses Francisco Palenzuela y Juan Antonio Fernández, condenados por el Tribunal Supremo a 15 años de cárcel por secuestrar y apalear hace una década a tres inmigrantes, podrán dormir en casa. El centro penitenciario de El Acebuche, en Almería, propuso hace 10 días que los dos reclusos pasen al tercer grado, un régimen de semilibertad.

La solicitud se ha tramitado tan sólo cuatro meses después de que los condenados pasasen a disfrutar del segundo grado, que les permite tres salidas a la semana para atender asuntos “familiares o laborales”.

La trayectoria “intachable, impecable y colaboradora” ha sido decisiva para que la dirección curse la petición tan sólo cuatro meses después de que se les aplicara el artículo 100.2 del reglamento penitenciario (un híbrido entre el segundo y el tercer grado).

El nuevo régimen de vida solicitado para Palenzuela y Fernández viene a coincidir con la campaña promovida por los familiares de los empresarios a favor del indulto “total” como medida de gracia del Ministerio de Justicia y a la que el PP almeriense quiere sumarse mediante una moción en el próximo pleno de la capital.

La directora de El Acebuche, Clotilde Berzosa, quiso ayer separar lo político de lo que, a su juicio, tiene que ver únicamente con el régimen interno en la prisión. “La junta de tratamiento ha propuesto el pase al tercer grado dado que han estado cuatro meses en segundo grado y han hecho un buen uso. Eso implicaría salir fuera todos los días a realizar una actividad. Estimamos que, pese a la gravedad del delito, hay que tener en cuenta las condiciones físicas, anímicas y sociales. Después de dos años que llevan aquí, consideramos que merecen un régimen más favorable para integrarse a la sociedad a la que deben regresar”, explicó la directora.

Berzosa defendió el trabajo de la junta de tratamiento: "Soy psicóloga antes que directora. Él [Francisco Palenzuela] ha ayudado a otros compañeros extranjeros que no tenían dinero y es un dato que también obra. Si él tuviera ese instinto o esa tendencia xenófoba no se hubiera comportado así. Tanto uno como otro

[Palenzuela y Fernández] son muy sensibles, muy trabajadores. Han cometido un error y lo están pagando. Pero tienen buen fondo y buenos valores. Yo sólo soy un voto, si la Junta de Tratamiento no hubiera apreciado eso, no habría propuesto el tercer grado".

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