Comentario de el día

Tenerife sale en ayuda de África

El Día, , 10-10-2007

EL CABILDO de Tenerife ha decidido impulsar las relaciones económicas, sociales y culturales entre la Isla y los países africanos más cercanos, en especial Senegal, con el fin de buscar un beneficio para ambas partes. Tenerife se expandirá por nuevos mercados en los que venderá sus productos y su tecnología, y los territorios africanos conseguirían desarrollar un poco más sus pobres economías, empezando un incipiente desarrollo que contribuya también a aminorar la sangría humana que supone para ellos la emigración.

La intención es loable y seguro que, por parte de la corporación insular, se han hecho los cálculos debidos antes de lanzarse a esta misión, que, por cierto, ya inició hace años la Cámara de Comercio. Ahora bien, ¿qué papel se le deja a Tenerife en esta colosal empresa de modernizar y desarrollar países enteros del vecino continente si la sede de la Casa África, el gran instrumento previsto por los Gobiernos central y autonómico, se encuentra en Las Palmas? Por cierto, eso es así porque los políticos tinerfeños dejaron, una vez más, que se la arrebataran, con la ayuda de los partidos estatalistas desde Madrid.

En principio, lo que puede pasar es que los esfuerzos que haga Tenerife por el despegue económico del África Occidental los capitalice dicha casa y, por ende, Las Palmas, lo cual no parece un buen negocio, en el sentido amplio de la palabra. Pero, bueno, algo habrá que hacer para contribuir a sacar de la miseria a tantos seres humanos que están aquí al lado y, sin embargo, viven en el subdesarrollo absoluto. Tenerife es generosa y no se puede cruzar de brazos. Alguien tiene que dar el primer paso por hacer algo consistente ya que a los “progresistas” que abogan por que vengan más y más africanos a Canarias no se les ve ningún detalle. Por ejemplo, aportar fondos de ayuda o acoger a esos pobres desvalidos que llegan en los cayucos en sus casas y sus chalés. Es más cómodo pontificar desde las páginas de los periódicos y acusar de racistas y xenófobos a los que, como este periódico y su máximo representante, no comparten su postura suicida ante el fenómeno de la inmigración irregular, que se resume en un “que vengan todos los que quieran”. Periodistas que se pasan el día sentándose como invitados a mesas ajenas; o que se les ocurre pedir que la Fiscalía actúe de oficio contra quien lo único que hace es expresarse con libertad sobre un problema que tiene planteado Canarias desde hace un par de lustros. Estos zascandiles de la profesión periodística lo que tienen es un ánimo censor reprimido más propio del franquismo que de esta época.

En fin, si todo eso que hacen es preocuparse por la suerte que corran esas gentes que vienen de África y a las que dicen defender, que venga Dios y lo vea.

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