La ausencia de las dos niñas que usaban pañuelo islámico de las aulas del Colegio concertado Severo Ochoa de Ceuta está a punto de llegar a su fin. El Ministerio de Educación, que tiene en esta Ciudad Autónoma uno de los pocos rescoldos de su competencia directa, ha dejado claro a instancias del informe de dos de sus inspectores que el derecho a la educación debe primar por encima de cualquier otro.

El director provincial del Ministerio, Juan José León, ha explicado que la queja inicial por la presencia en clase de las niñas con pañuelo surgió de dos padres de alumnos del centro, también musulmanes. «Los inspectores han elaborado un informe que yo hago mío y en el que se dice que el derecho a la educación, recogido en la Constitución, es fundamental», añade.

León afirma que «se trata de un hecho aislado. En Ceuta no es normal, aunque tampoco infrecuente, que las chicas de religión musulmana vayan a clase con el pañuelo islámico, y esto jamás ha suscitado la menor controversia».

Fuentes cercanas al caso han aclarado que el detonante de la denuncia de otros padres sobre la utilización del pañuelo islámico podría estar en algunos enfrentamientos mantenidos por estas niñas con otros alumnos del centro.

Una escuela que, curiosamente, está compuesta en más de un 80% por alumnado de religión musulmana, que prácticamente copa la enseñanza infantil en Ceuta en la última década por los altos índices de natalidad de este colectivo. La Ciudad Autónoma encabeza todas las estadísticas de natalidad por provincia. En una localidad con 75.000 habitantes, hay más de 2.000 profesores y 20 centros educativos.

En cuanto al colegio, esta ubicado entre las barriadas de San José – Hadú y República Argentina, donde la presencia de musulmanes es prácticamente total, por lo que no es extraño que los padres que transmitieron sus temores a la dirección del centro por la llegada del hiyab a las aulas formen parte de este colectivo.