El prefecto de Treviso autoriza a las mujeres a llevar 'burka' por la calle

El Mundo, IRENE HDEZ. VELASCO. Corresponsal, 10-10-2007

El ex alcalde de la ciudad italiana había decretado el arresto de las musulmanas que lo llevaran No hay ni un solo asunto en el que la coalición de centroizquierda que gobierna en Italia consiga ponerse de acuerdo. El último ejemplo de las diferencias irreconciliables que desde su nacimiento sacuden al Gobierno de Romano Prodi se hizo patente ayer a propósito del burka, la prenda que los talibán afganos impusieron en su país y que cubre completamente el rostro de las mujeres que lo llevan. ¿Debe permitirse su uso en Italia? Es el debate que ahora divide a la siempre mal avenida coalición que desde hace 14 meses gobierna el país trasalpino.


La caja de los rayos y los truenos la ha abierto en esta ocasión el prefecto de Treviso, una población de la región del Véneto. Allí, hace tres años, Giancarlo Gentilini, el entonces alcalde de la localidad y miembro de la Liga del Norte (un partido de marcado carácter racista), emitió un edicto con la orden de arrestar a cualquier mujer que fuera sorprendida en la calle vistiendo el burka.


La disposición se amparaba en una ley aprobada en Italia en 1975 y que prohíbe usar en lugares públicos – salvo motivo justificado – cascos, pasamontañas o cualquier otro elemento que impida la identificación de la persona.


Pero ahora Vittorio Capocelli, la máxima autoridad policial y el responsable de seguridad de Treviso en calidad de prefecto de esa localidad, ha decretado que las musulmanas pueden vestir tranquilamente el burka por la ciudad. «Si por motivos religiosos una mujer lleva el burka, puede hacerlo. Basta con que, si le es requerido, se avenga a ser identificada y se retire el velo», anunciaba al término de una reunión sobre inmigración.


Y Rosi Bindi, la catolicísima ministra de Familia, aplaudía la iniciativa: «Al igual que queremos ver los crucifijos colgando de las aulas de nuestros colegios, debemos ser respetuosos con el velo con el que las mujeres musulmanas se cubren el rostro. Si lo llevan libremente es un signo de su propia civilización», sentenciaba.


Sus palabras encontraban automáticamente respuesta en la ministra de Igualdad de Oportunidades, Barbara Pollastrini. «Estoy desconcertada e indignada. Como he dicho siempre, considero el recubrimiento total del rostro una ofensa a la dignidad de las mujeres», destacaba ayer, añadiendo que sobre la prohibición de utilizar el burka no puede existir ninguna ambigüedad: «El ‘no’ es nítido. En nuestro país existe una ley que prohíbe en los lugares públicos cubrirse totalmente el rostro». Una ley en la que el Ministerio del Interior se reafirma: «Hemos dicho ya varias veces que el uso del burka es inaceptable», subrayaba el portavoz del ministro Giuliano Amato. «Si al prefecto de Treviso le gusta tanto el burka que se lo haga poner a su mujer», terciaba en la polémica Mario Borgherizo, europarlamentario de la Liga del Norte.

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