CULTURA

Esperanzas frustradas en los suburbios de Nueva York

'Padre nuestro' huye de los clichés sobre inmigrantes mexicanos

El Correo, 05-10-2007

Ganadora del Premio del Jurado en Sundance y elogiada en el Festival de San Sebastián, ‘Padre nuestro’ se sustenta en el buen trabajo de su trío protagonista (Jesús Ochoa, Armando Hernández y Jorge Adrián Espínola) y en una buena historia escrita y dirigida por el debutante Christopher Zalla. Tras los atentados del 11 – S, Zalla tuvo la necesidad de redactar un guión que tuviera como protagonista la ciudad que lo había adoptado: Nueva York.

Nacido en Kenia, fue desde carpintero hasta pescador de salmón en Alaska, y vivió en Bolivia y España antes de dar el gran salto. Cuando llegó a la mayoría de edad, hablaba tres idiomas, había estado en 13 colegios y residido en 21 casas. «Cada vez que me mudaba era más consciente de la existencia de fronteras. Siempre fui extranjero en suelo extranjero», dice. Su ópera prima, rodada en castellano, se acerca peligrosamente a sus palabras.

Pedro (Espínola), un chico mexicano, sube a un trailer que lleva inmigrantes a Nueva York. Allí conoce a Juan (Hernández), al que le cuenta el motivo de su viaje: conocer a su padre (Ochoa) que lleva un famoso restaurante en la Gran Manzana. Cuando despierta al día siguiente, todo lo que poseía para identificarse ante su padre ha desaparecido.

Una bofetada

Aunque pueda parecer un filme sobre un caso de identidad robada, ‘Padre nuestro’ es más que eso. Y no sólo habla de la inmigración, también de las relaciones partenofiliales y de la necesidad de afecto. En su presentación en San Sebastián, una periodista dijo que la película era como «una bofetada». Quizás se quedara corta. Porque el debut de Zalla se aleja de los clichés sobre inmigrantes mexicanos a los que tan mal nos tiene acostumbrados Hollywood, e incluso pone en duda el mítico sueño americano.

En el rodaje – en Nueva York y Tijuana, cámara al hombro «para dar mayor realismo a la historia» – , Zalla dio plenos poderes a sus actores. «Yo escribí el guión, de acuerdo, pero esta película está hecha por todos. Es tanto mía como suya». Incluso el actor Jesús Ochoa se le presentó un día con un diálogo suyo reescrito por completo. «Si te parece bueno para ti, también lo es para mí», le dijo Zalla.

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