La niña musulmana de Gerona que usa 'hiyab' regresa al colegio tras ser readmitida

El Mundo, MARTA R. FONT, 03-10-2007

Los directores de centros públicos piden a la Generalitat una normativa para estos casos El PP critica la medida y apoya a la escuela Shaima Saidani, la niña marroquí de nueve años de Gerona a la que no dejaban entrar en el colegio con el pañuelo en la cabeza, volvió ayer a clase después que el director de los servicios territoriales de Educación, Andreu Otero, emitiera una resolución en la que ordenaba a la escuela Annexa – Joan Puigbert a escolarizar a la menor.


A pesar de que Otero da este caso por cerrado, lo sucedido ha abierto un nuevo debate en la comunidad educativa y también en la sociedad. La Junta de directores de escuelas públicas de Gerona, por su parte, ya ha acordado pedir al Departamento de Educación de la Generalitat que establezca una normativa clara sobre cuestiones de esta índole para saber a qué atenerse en cada caso.


El presidente del PP de Cataluña, Daniel Sirera, aseguró ayer que los inmigrantes tienen que acatar las normas y tradiciones de España. En Cataluña hay unas «normas de convivencia», así como unas tradiciones y una cultura, y además el centro tiene sus directrices, «que se tienen que cumplir por igual para todos», aseguró.


Por este motivo, Sirera mostró su rechazo a la resolución de Educación que obliga a la escuela a admitir a la niña y ofreció su apoyo al centro, advirtiendo que «hoy es el velo y otro día será otra cosa». No comparte la opinión del dirigente popular la consejera de Acción Social y Ciudadanía de la Generalitat, Carme Capdevila, que apuntó que «quizá sí que hará falta regular en esta línea para evitar estas situaciones de conflicto» sobre el uso del pañuelo islámico. Capdevila defendió la actuación de Educación porque en el caso de una niña de esa edad «lo que prevalece es el derecho a la escolarización de la menor».


Andreu Otero explicó que el pasado lunes día 24 la dirección del centro Annexa estuvo en los servicios territoriales de Educación solicitando «orientación» sobre la política a seguir con una familia que se negaba a que su hija fuera a clase sin el pañuelo que le cubría cabeza, cuello y hombros. Según Otero, aquel día ya se les dijo que debían respetar la decisión de la menor, porque España es un Estado aconfesional. No fue hasta el viernes 28 que supo que la niña llevaba una semana sin ir a clase y mandó a una inspectora. Tras conocer de primera mano el informe, Otero resolvió el lunes que la niña debía incorporarse a las clases.


Shaima llegó ayer al colegio acompañada de su madre a las 10.15 horas, poco después de recibir una llamada del centro en la que les informaban de que su hija podía volver a clase con el pañuelo, el hiyab que le cubría cabeza y hombros. La menor, que cursa tercero de primaria, vive desde hace poco más de un año en Gerona, procedente de su ciudad natal, Rabat. Una de sus abuelas la educó en Marruecos siguiendo una estricta formación religiosa.


Al llegar a la capital gerundense, Shaima, que había llevado siempre el pañuelo, quiso seguir llevándolo, según dijo a la entrada del colegio.


«El pañuelo no es igual, pero todos los niños somos iguales», indicó la pequeña, que el año pasado estudió en el centro público Eiximenis de la ciudad. Según explicaron madre e hija, a pesar que desde la dirección de este primer centro no se le prohibió llevar el hiyab, sí que algunos niños tiraban de él para sacárselo. Esto provocó que la pequeña entristeciera e incluso no quisiera ir a clase.


Tras hablar con la dirección del colegio, ésta le contó a la familia que arreglarían el problema, pero entonces ni los niños hablaban con ella: «Sufrió mucho el año pasado», explicó su madre. Este año cambió de escuela y su primer día de clase hubiese sido la semana pasada, si la hubieran dejado entrar, pero en el colegio le dijeron que no podía asistir a clase con el pañuelo y la niña se fue llorando. La madre de Shaima aseguró ayer estar muy contenta de que pudiera asistir a la escuela, porque si no la hubieran admitido se habría visto obligada a volver a Marruecos.


En varias escuelas de Salt, una de las ciudades con el índice de inmigración más elevado de Cataluña, muchas niñas van a clase con el pañuelo y depende del reglamento de cada centro si pueden entrar o no ataviadas así. Hasta el momento, no se había suscitado ningún conflicto, ya que los mismos centros educativos habían resuelto los casos a través de la mediación.


El departamento de Educación de la Generalitat destacó ayer que son muchas las escuelas de Cataluña que ya han abordado casos de escolarización de alumnas musulmanas que van ataviadas con el hiyab y que ninguno de ellos había llegado a la Consejería. La consigna del departamento es la de hacer prevalecer el derecho a la educación, permitiendo cierta libertad a la hora de vestir siempre y cuando la vestimenta no obstaculice las relaciones normales en la clase.


En 2005, en un instituto del barrio del Raval de Barcelona prohibieron entrar a una niña paquistaní de 12 años a clase con burka. La niña regresó a su país a los pocos días.


LAS REACCIONES


Pedro Zerolo (PSOE): «Educación para la Ciudadanía promoverá que las niñas musulmanas se quiten el velo».


Duran Lleida (CiU): «No soy partidario de cualquier uso de símbolos que signifique distinción».


Gobierno valenciano: «Yo no puedo imponer que un periodista vaya con corbata y el estudiante tiene la misma tipificación», dijo Alejandro Font de Mora, consejero de Educación.


Consejo islámico catalán: «La educación de la niña está en juego. Aplaudo la decisión de Educación porque es la prioridad», indicó Mohamed Halhoul.

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