Murieron el pasado 7 de septiembre al llegar a la costa de Gran Canaria y confundir una roca con tierra firme. El patrón de la barcaza les obligó a arrojarse al mar cuando la embarcación se encontraba a escasos metros de la costa. Diez de los muchachos perecieron en el intento y los otros ocho corrieron mejor suerte y salvaron sus vidas. Diecisiete días después del suceso, la Policía Nacional ha dado con el culpable de la tragedia. Se trata de un joven marroquí, Said F., de 26 años, que ayer ingresó en la prisión de Salto del Negro, en Gran Canaria, por un presunto delito de homicidio al obligar a los inmigrantes a saltar al agua, pese a que no sabían nadar.

La Policía no descarta que Said F. haya patroneado pateras con anterioridad, ya que que ha sido detenido en cuatro ocasiones por infracciones a la Ley de Extranjería. La práctica habitual entre los patrones de pateras es que, cuando llegan a las costas españolas y no pueden regresar con sus embarcaciones a Marruecos, facilitan su localización para ser detenidos y ser devueltos a su país, donde organizan nuevas travesías.