| NUEVA YORK, EE.UU.

El presidente Rafael Correa estará en Estados Unidos hasta el jueves próximo, día del cierre de  campaña para la Asamblea Constituyente.

Ayer, alrededor de 1.000 personas lo recibieron en Brooklyn (Nueva York), zona de inmigrantes, donde se realizó su primera concentración política. El sitio elegido fue la iglesia Santa Brígida, a la que acuden todos los fines de semana cientos de latinos, especialmente ecuatorianos.

Allí, donde se improvisó una pequeña tarima, repitió el discurso de la unión latinoamericana  y de la lucha contra el neoliberalismo con el que inició su gira por Argentina y Brasil.

¿Qué tanto poder espera tener Correa en la Asamblea? Quizás la respuesta más clara a ese tema la dio en Buenos Aires, el miércoles pasado, cuando aseguró que en las actuales condiciones políticas los consensos son prácticamente imposibles en el país. “Creemos necesario una mayoría absoluta para el Gobierno, pero eso implica riesgos…
Cuidado que ese discurso de que no es bueno que el Gobierno tenga mayoría es de la partidocracia (y es) tremendamente perjudicial”.

 El discurso de Correa se ha repetido –el mismo mensaje, con matices – en Miami y en la concentración de Brooklyn.

En esta última, poco antes de que Correa saliera del templo para ir a la tarima, hubo varios roces de sus seguidores con un grupo de ecuatorianos que llegó hasta el lugar gritando “¡Correa comunista, Correa comunista!”. Tras un breve enfrentamiento verbal en la calle, frente a la entrada de la iglesia, la policía estadounidense obligó a los opositores a retirarse.

“Estos han de ser socialcristianos”, dijo Wellington Echegaray, un  ecuatoriano que apoyó a Correa con un cintillo que llevaba la leyenda de “Chávez amigo”. La mayoría, sin embargo, era partidaria de la lista 35. El verde en sus camisetas o los carteles los identificaban.

La candidata de PAÍS, Linda Machuca, que el sábado  estuvo con Correa en Miami, esta vez caminó entregando papelitos verdes, con las promesas de campaña.

Por la tarde se desplazó –junto al Embajador en EE.UU., Luis Gallegos, y varios asesores más cercanos a Nueva Jersey, donde tenía previsto otro encuentro  con ecuatorianos.