El consejero de Relaciones Institucionales y Portavoz del Gobierno foral, Alberto Catalán, anunció recientemente la puesta en marcha en las próximas semanas de cinco actuaciones en materia de inmigración, con un presupuesto de 265.000 euros.

Cuatro de ellas persiguen la atención específica de distintos grupos del colectivo de inmigrantes. Se trata de prevenir la implantación de grupos juveniles o bandas callejeras; la atención a mujeres que ejercen la prostitución; apoyar y fomentar el tejido asociativo de los inmigrantes; y activar un programa itinerante para personas con problemas de inserción cultural por desconocimiento del idioma o por choque cultural.

Catalán también dio a conocer otras dos actividades que comenzarán en otoño y que están dirigidas a «tender puentes entre los colectivos de inmigrantes y la población navarra autóctona». Se trata de una campaña de sensibilización a través de los medios de comunicació; y diez talleres de interculturalidad que se desarrollarán en otras tantas localidades para favorecer el enriquecimiento mutuo entre ciudadanos navarros inmigrantes y nacidos en Navarra.

Nuevos cometidos

La Oficina de Atención de la Inmigración liderará las actuaciones señaladas. Este servicio del Gobierno de Navarra en esta nueva legislatura 2007 – 2011 pasa a depender del nuevo Departamento de Relaciones Institucionales. Entre otros nuevos cometidos, está el liderazgo y coordinación – en la anterior legislatura lo hacía Bienestar Social – de las iniciativas del Plan de Acción para la Acogida e Integración de Inmigrantes, cofinanciado por el Gobierno foraly el Ministerio d e Trabajo y que este año tiene una inversión de 2 millones de euros.

Como se ha indicado, son seis las iniciativas que este otoño se van a poner en marcha. La primera, con un presupuesto de 53.500 euros, va a ser impulsar un programa de prevención de la exclusión juvenil entre los inmigrantes de menor edad o hijos de los inmigrantes recién llegados, en un primer intento del Gobierno por acercarse al fenómeno de organizaciones juveniles conflictivas o «bandas», cuyo enraizamiento social se quiere evitar.

Se quiere conocer la realidad existente y realizar un seguimiento de los agrupamientos que puedan observarse y ofrecer a los jóvenes inmigrantes espacios y proyectos alernativos para canalizar sus inquietudes.

También preocupa la prostitución que ejercen mujeres inmigrantes, a veces forzadas.