"A mi hija no la vio ningún médico"

El padre de la pequeña desatendida en el dispensario de Perecamps relata una de las peores noches de su vida

La Vanguardia, Enrique Figueredo, 19-09-2007

Wassima ha vuelto a sonreír. Han quedado atrás los tres días que pasó ingresada en la unidad pediátrica del hospital del Mar. No llegó allí en una ambulancia, sino dentro del coche de uno de los jefes de los Mossos de Barcelona. En el dispensario de Perecamps se negaron a atenderla para desesperación de sus padres. Ahora la justicia investiga por qué el pasado mes de julio el personal de este ambulatorio se negó a asistir a la pequeña cuando presentaba un intenso estado febril y fuertes convulsiones.

La cría, de unos luminosos ojos claros, convive con sus dos hermanos de 8 y 13 años y sus padres, Abdelkader, de 44, y su madre de 39, Habiba, en un pequeñísimo apartamento de unos 15 metros cuadrados que les ha conseguido en la avenida Paral · lel la asistencia social.

“No sé hasta cuándo vamos a podernos quedar aquí”, dice el padre de familia poco antes de empezar el relato de lo ocurrido aquella madrugada del 22 de julio cuando no quisieron atender a su pequeña. “Pedí a la chica de recepción que hablara con un médico, pero creo que no lo hizo. Tardó menos de un minuto en volver para decirme que no me atenderían. A mi hija no la vio ningún médico”, relata Abdelkader con voz pausada.

“Entonces me puse nervioso y grité. Yo sólo pensaba en mi hija. Me alegro de que estuvieran allí los Mossos d´Esquadra porque quizá hubiera sido capaz de hacer cualquier cosa”, recuerda el padre de Wassima mientras recorre con la mirada la abigarrada estancia en donde ahora vive. Cuando llega la noche, un colchón ocupa el suelo que dejan libre las dos camas que ocupan el pequeño apartamento. Allí duerme la pequeña que no quisieron atender en Perecamps, alegando que el dispensario carecía de servicio de pediatría. Los hermanos de Wassima comparten una cama y sus papás, otra. Además, la familia está a punto de crecer. “Mi mujer – explica Abdelkader con una sonrisa- está embarazada de siete meses, ahora está en una revisión ginecológica”.

Después de que los Mossos d´Esquadra constataran que el personal de Perecamps tampoco iba a llamar a una ambulancia porque, según sus normas, no puede solicitarse un vehículo de emergencia médica si el paciente no es atendido en esas dependencias sanitarias, un responsable policial llevó a la niña y a sus padres al hospital en su propio vehículo oficial. “Los médicos del hospital del Mar se quedaron muy sorprendidos de lo que había ocurrido. Se les notaba en la cara, pero no comentaron nada”, afirma Abdelkader mientras su pequeña, que ahora tiene casi 11 meses, juguetea con sus manitas en la habitación y emite sonidos ininteligibles y balbuceos que endulzan la escena en una estancia en la que la ventilación no es demasiado buena. “¿Por qué no querían atender a mi niña?”, se pregunta este padre con la amargura en el rostro de quien recuerda uno de los peores pasajes de su vida.

En cambio, no exige nada de la acción judicial que está en marcha en un juzgado por denegación de auxilio, omisión en el deber de socorro y desacato a la autoridad – el personal de Perecamps no quiso identificarse ante la policía autonómica-. “Yo sólo espero que sea la última vez que ocurre algo así. Un crío como mi hija no puede estar expuesto a perder la vida porque no se le atiende debidamente – afirma Abdelkader-. Nos cerraron la puerta en las narices”.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)