"Dentro de diez años no vendrán tantos africanos porque habrá mejorado la vida en sus países"

Luis de Sebastián Catedrático de economía y autor del libro 'áfrica, pecado de europa'

Deia, María Ruano, 19-09-2007

África, pecado de Europa’ (Ed. Trotta) es un análisis de la presencia de los europeos desde el siglo XV hasta nuestros días en el continente más pobre del mundo. En él, su autor, Luis de Sebastián, explica “por qué África se encuentra tan mal que expulsa a raudales a sus hijos”.

bilbao. No se considera experto en África. De hecho, salvo en Túnez, no ha puesto sus pies en ningún país del continente y confiesa que lo que sabe lo ha aprendido “de libros, estadísticas y comparaciones con países sudamericanos en los que he estado”. De Sebastián, especializado en economía internacional, abrió ayer el ciclo de conferencias África. Paz, reconciliación y democracia organizado por la Fundación Sabino Arana.

Hay que estar muy desesperado para arriesgar la vida en cayucos. ¿Cuál es la realidad de África?

Si eres africano tienes una probabilidad muy elevada de ser pobre. En algunos países es más de la mitad. Por ejemplo, en Burkina Faso el 46% de la población vive en la extrema pobreza y tiene hambre crónica. En Gambia hay una probabilidad del 57%. Las condiciones de pobreza y hambre en África son las más extremas del mundo. Una quinta parte de los niños que nacen no llegan a los cinco años de vida, y las mujeres dan a luz sin ninguna asistencia médica especializada, con lo que eso conlleva de infecciones y mortalidad materna. Además, también hay problemas políticos y entre distintas etnias que se pelean por el poder, y empresas europeas, americanas y chinas que están extrayendo petróleo y cuya labor no genera dinero para estos países.

¿Les compensa arriesgarse a pesar de que la vida aquí no es como han soñado?

Sí, porque sólo llegar a las Islas Canarias y que les reciban la Policía y la Cruz Roja es un cambio enorme para ellos, aunque después les vayan a devolver. Si lo hicieran en su país les tratarían a patadas o dejarían que se ahogaran. Aunque aquí se les trate mal, en general están mejor que en África. Aquí no huele a mierda como allí, que no tienen sistema de alcantarillado y todo lo tiran a la calle.

¿Qué le parece la política que lleva a cabo el Gobierno español respecto a la inmigración?

No sé exactamente cuál es, pero existe un problema, ya que no se puede decir que vengan todos los que quieran. Hay que pensar en la población que está aquí. En los barrios donde hay muchos africanos, aunque éstos son los menos conflictivos, la gente está inquieta y también hay que tenerlo en cuenta porque no se trata sólo de que haya trabajo para todos, sino de si la gente les acepta. Hay que tener cuidado porque no hay más que ver cómo está la situación en Europa donde existen cada vez más partidos de extrema derecha y nazis.

La economía sumergida es un problema muy grave.

Sí, es un problema que tiene el Gobierno y que no se puede controlar porque es muy grande, sobre todo en Andalucía. Los primeros que están en contra de ella son los sindicatos porque con los ilegales se bajan los salarios.

¿Los contratos en origen serían una forma de solucionarlo?

Sí, cuando los españoles emigraron a Alemania la mayoría iban con contrato y fue una emigración más ordenada y con mayor seguridad, por lo que te integras más fácilmente y la sociedad donde llegas no te rechaza porque sabe que vas a ocupar una plaza. No se puede ser excesivamente generoso, porque eso generaría muchísimos problemas para todos.

¿Es perjudicial la inmigración?

Hoy por hoy no. De hecho, la inmigración ha sido muy beneficiosa para la economía española. Ha hecho crecer la mano de obra, el número de consumidores, la natalidad, la demanda de muchas cosas y es uno de los impulsos que tiene la economía española, que crece mucho pero en gran parte es por la inmigración. Eso sí, esta situación no puede seguir así dentro de diez años, aunque es muy posible que dentro de este tiempo no vengan tantos africanos porque habrán mejorado en sus países y no necesitarán venir.

Si la descolonización en África no hubiese sido tan precipitada, puede que la situación ahora fuese mejor

Sí, porque a muchos países les pilló sin preparación. Como ejemplo están los belgas, que no pensaron salir nunca del Congo, sin embargo se encontraron con fuertes presiones que les obligaron a irse. En las guerras europeas lucharon muchos africanos con los aliados, sobre todo en la Segunda Guerra Mundial y, cuando volvieron de la guerra, se encontraron con que después de haberles ayudado no obtuvieron beneficios.

¿Qué es lo que impide el desarrollo?

La falta de paz, de estabilidad política y de un Estado que funcione. Si tiene un Ministerio de Obras Públicas, ¡que haga obras públicas! Que funcionen las aduanas, los juzgados, los mercados… Y que reciban la ayuda exterior que haga falta también.

¿Quiénes deberían actuar?

Los gobiernos africanos, que son conscientes de que lo tienen que hacer ellos, cada uno en su país, y en colectivo y con la ayuda exterior. ¿Cambiará la situación?

Está cambiando ya, el manejo económico se está llevando bien y los gobiernos están siendo elegidos. No son golpes militares como antes, aunque aún hay alguna dictadura. Sobre todo el cambio de Sudáfrica tiene mucha importancia en el continente, donde se da una democracia de negros que se ha impuesto a los blancos y que tiene bastante inversión extranjera. Lo malo de Sudáfrica es el alto índice de sida que hay, pero está siendo un ejemplo de crecimiento y está influyendo en la Unión Africana, un organismo que estaba medio muerto y que lo han resucitado para controlarse unos a otros.

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