El secretario de Estado de Seguridad afirma que no se ha constatado que un barco nodriza llevara las barcas Una maniobra de despiste. Centrar la atención de las fuerzas de seguridad en unos lugares para que dejen otros flancos descubiertos que permitan la llegada de droga a la Comunitat Valenciana.

De momento, sólo es una hipótesis con la que trabajan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, según avanzó ayer el responsable del área de Salud de la Delegación de Gobierno de Murcia. No obstante, varios detalles de la llegada de estas embarcaciones le concede un alto grado de credibilidad a la citada teoría.

El primero es la escasa ocupación de estas pateras. Normalmente las mafias intentan rentabilizar al máximo el viaje – por el que pueden cobrar cantidades cercanas a los 3.000 euros– y llenan a rebosar las embarcaciones. Fuentes cercanas a la Guardia Civil mostraron su extrañeza al recordar que en la patera interceptada cerca de Benidorm sólo habían seis inmigrantes.

Además, ninguno de ellos presentaba quemaduras –ante un periodo prolongado de exposición al sol– ni deshidratación por lo que sospechan que la travesía fue breve. Entonces, parece muy complicado que consiguieran llegar desde África. Otro dato que añade más dificultad al viaje desde el otro lado del Estrecho es que en algunas embarcaciones todavía tenían comida.

A todo lo anterior hay que añadir que, según la Memoria de la Fiscalía que se presentó el lunes en Madrid, el 66% de las intervenciones de droga se producen en alta mar.

No obstante, el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, afirmó ayer en Bruselas, donde participa en una cumbre de ministros europeos de Justicia e Interior, que por el momento “no hay constancia de la existencia de ningún barco nodriza” que haya participado en el traslado de estas pateras. El responsable insistió en que la Guardia Civil está poniendo “todos sus medios” para frenar la inmigración ilegal.

El delegado del Gobierno, Antoni Bernabé, siguió en la misma línea que Camacho. Bernabé manifestó que la Comunitat cuenta con patrullas marítimas y radares para controlar la entrada ilegal por mar. No obstante, señaló que lo que no se puede “es vigilar todos los metros de la costa cada minuto. Pero los medios son los adecuados y estaba la vigilancia que tiene que estar” cuando aparecieron estas embarcaciones en el litoral valenciano.

LAS PROVINCIAS informó en su edición de ayer de que en el momento que se produjo la llegada de los cayucos, la Guardia Civil no disponía de las dos patrulleras que estaban en Alicante.

Además, fuentes de la Asociación Independiente de la Guardia Civil añadieron que uno de los radares móviles –se encuentran instalados en furgonetas y camiones– que vigila las costas de la Comunitat ha estado fuera de servicio durante varios meses. “Hace una semana volvió a funcionar”, informaron.

La secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí, también dio su punto de vista sobre la llegada de pateras a la Comunitat. Rumí advirtió a las mafias que trafican con personas que cada vez “van a estar más acorraladas”, aunque desvíen sus rutas hacia la Comunitat.

Tras la presentación de una campaña contra la inmigración ilegal en Senegal, Rumí insistió en que no se está produciendo un incremento de la presión migratoria, sino un desplazamiento de las rutas debido al incremento de los controles.

En cualquier caso, Rumí señaló que “no es la primera vez que se detectan pateras” en la zona del Mediterráneo próxima a la Comunitat y que, “desde hace tiempo se trabaja con Argelia”, en la vigilancia y en las repatriaciones.

Rumí tampoco quiso especular sobre la posibilidad de que barcos nodrizas estén prestando su apoyo a embarcaciones para su llegada a las costas. No obstante, reconoció que esta es una de las hipótesis que baraja Interior, dado que las pateras estaban “en buenas condiciones”. Según dijo, Interior también baraja la hipótesis de que las redes del narcotráfico estén “utilizando esta vía para alcanzar sus objetivos”.

Esta última posibilidad cobra todavía más fuerza al recordar el aviso de la Policía de Marruecos el pasado mes de junio. Entonces se alertó al Ministerio del Interior que las lanchas rápidas que llegan al litoral Mediterráneo pueden estar siendo utilizadas para regresar –una vez dejan droga o inmigrantes– cargadas de armas con destino a Al Qaida.

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