MARGEN IZQUIERDA

Recogen ropa y comida para los afectados por el incendio de un edificio en Sestao

Una treintena de personas fueron desalojadas del inmueble hace un mes

El Correo, 14-09-2007

La Asociación de Mujeres Gitanas del País Vasco – Chalenamos Adikerar ha hecho un llamamiento a las instituciones para que ayuden a las familias afectadas por el incendio de la ‘Casa Grande’ de Sestao. Según la agrupación, las personas que residían en el emblemático edificio sobreviven ahora en «condiciones infrahumanas». «No tienen nada porque en el fuego lo perdieron todo», explica la presidenta de la sociedad, Emilia Cortés. Con el fin de mejorar su calidad de vida, la plataforma ha iniciado una recolecta de bienes de primera necesidad. Sobre todo, reclaman pañales y comida para los bebés, aunque también necesitan prendas de vestir y medicamentos para los mayores.

Fue el pasado 6 de agosto cuando las llamas calcinaron una parte del bloque emplazado en Simondrogas. Apenas una semana después, el inmueble volvía a arder. Entre los dos incendios, fueron desalojadas 37 familias, la mayoría de etnia gitana. Si bien algunos damnificados pudieron regresar a sus casas pasados unos días, hubo pisos que no fueron declarados aptos para vivir. El Ayuntamiento se encargó del realojo de sus propietarios e inquilinos, alrededor de una veintena de personas. Hostales de Sestao, Portugalete, Barakaldo y Trapagaran se han convertido desde entonces en su lugar de residencia.

Esta medida, sin embargo, no supone una solución para la Asociación de Mujeres Gitanas. «Pasan el día en la calle y no tienen dónde cocinar», advierte Cortés. Desde hace un mes, no han probado «una cucharada de comida caliente». «Siempre se alimentan de bocadillos», añade. Por eso, la agrupación cree que la única salida es que se les concedan pisos «con urgencia». Un cometido en el que ya trabajan la Administración local y la entidad pública Sestao Berri. «En cuanto encontremos los inmuebles idóneos, se les entregarán las llaves», garantizaron fuentes del Consistorio.

El incendio de la ‘Casa Grande’ también puso de manifiesto otro problema: la ocupación ilegal de viviendas. De hecho, un total de 26 personas residían en el inmueble sin estar empadronados, por lo que no fueron realojados en ningún hostal.

Bebés y ancianos

Su nuevo destino ha sido el solar que está enfrente del edificio calcinado. Allí viven en furgonetas y «chabolas». «Están desesperados y se sienten abandonados por las instituciones», denuncia Cortés. En un asentamiento improvisado, conviven desde bebés hasta ancianos de 80 años.

La agrupación también se lamenta de que no disponen de agua para asearse. «Se lavan en las alcantarillas», denuncian. Pero su mayor preocupación es la inminente llegada del mal tiempo. «Ni los que están en los hostales ni los que viven en la calle tienen ropa de invierno, así que no sabemos cómo se las van a arreglar para sobrevivir», advierte la presidenta de la plataforma.

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