El litoral gaditano está sufriendo este septiembre un “repunte” en la entrada de extranjeros indocumentados a bordo de pateras, según reconoce el Gobierno. Desde el lunes han arribado a las costas de Cádiz 12 embarcaciones y Salvamento Marítimo y la Guardia Civil han rescatado a 173 ocupantes, aunque se cree que al menos medio centenar ha logrado huir. De ellos, 64 llegaron ayer en cinco expediciones.

La policía investiga la vinculación entre las mafias del narcotráfico, que están desviando sus viajes hacia los extremos este y oeste de la Península, y la llegada de estos inmigrantes. Se sospecha que las pateras son utilizadas como “señuelos” para distraer a los cuerpos de seguridad y dejar la droga en otros puntos.

Las policías europeas investigan desde hace un año la relación entre las mafias de la droga y el tráfico ilegal de personas tras observar cómo el narcotráfico se ha ido desviando hacia Portugal y el levante español. En ese camino también se ha observado la llegada de pateras hacia esos lugares: la zona de Barbate (Cádiz) y también la de Huelva, hacia el oeste; y la zona de Granada, Almería e, incluso, Murcia, hacia el este. Las embarcaciones con droga e inmigrantes son remolcadas hasta tres millas antes de llegar a la costa. Entonces las pateras con personas son lanzadas como señuelos mientras las que llevan droga se introducen por otros puntos.

El narcotráfico y la mejora del temporal sufrido la pasada semana, que habría retrasado algunos viajes previstos, explican, según la Subdelegación del Gobierno, este “repunte” de inmigrantes en la costa gaditana. Detrás de esta llegada se ha comprobado una trama organizada. Ayer se conoció la detención de un hombre en Barbate, un marroquí con residencia en España, cuando transportaba a varios indocumentados en una furgoneta.

De las 12 embarcaciones encontradas esta semana, cuatro llegaron a la playa sin ser alcanzadas por los cuerpos de seguridad. La Asociación Unificada de Guardias Civiles denunció ayer la falta de medios y de agentes en el servicio marítimo del instituto armado de Andalucía, cuya costa está vigilada por el Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE). La asociación afirma que los agentes destinados a atender estas incidencias no son suficientes.