Curso nuevo, vida nueva

Volver a empezar. Esta es la tarea que muchos niños y niñas de toda la CAV tuvieron que afrontar ayer. En algunos colegios la llegada de niños de otras culturas se deja notar.

Deia, , 11-09-2007

barullo de emoción. Esta fue la sensación que cientos de niños experimentaron ayer en Euskadi con la vuelta al cole en el primer día oficial del curso. El ruido desordenado de las diminutas pisadas volvió a ser protagonista en los colegios después de más de dos meses de silencio.

Como “niños con zapatos nuevos” los pequeños matriculados en el colegio Mujika, un centro público en el Casco Viejo de la capital vizcaina, entraron en tropel cuando las puertas del centro se abrieron con puntualidad, a las nueve de la mañana. Un pequeño madrugón después de las vacaciones al que parece tendrán que acostumbrarse en unos días. Los padres, cómo no, pendientes de esta entrada, y al igual que sus hijos, agolpados en la puerta con ciertos nervios. “El primer día que dejas a tu pequeño en el colegio se pasa mal, porque no sabes cómo estará, si hará amigos, si será sociable o no. Es toda una aventura”, explica Isabel García, que acompaña a su hijo. “Por suerte, el mayor ya está en Secundaria y el pequeño ya tiene cinco años”.

El colegio público Mujika tiene una particularidad, y es que la gran mayoría de sus alumnos son inmigrantes. “Autóctonos hay ya pocos, porque en este centro sólo se ofrece el Modelo A”, explica el conserje del centro mientras comprueba que todo iba en orden. Esto, sin embargo, no afecta para nada a Isabel García. Esta bilbaina comenta que “son muy buena gente”. “No hay ningún tipo de problema, es una diversidad enriquecedora y mi hijo está encantado”.

Cerca del colegio Mujika, se encuentra el García Rivero, y al igual que el primero, las nueve de la mañana marca el “toque de queda”. Minutos después de que el patio se llenara de padres y alumnos, el barullo desaparecía en un suspiro y la actividad se desarrollaba de puertas a dentro. Los angoleños Magdalena y António aún se encontraban en los alrededores del colegio media hora después de dejar a su hija de cuatro años por primera vez en la escuela. Con ellos caminaba con seriedad otra pequeña de dos. “Está enfadada porque su hermana se ha quedado en clase y no ha podido ir con ella. Empieza mañana en la guardería”, explican.

Para su primogénita, esta pareja ha elegido el modelo D de enseñanza, en euskera. “El año pasado estaba en Miribilla y ahora la hemos traído aquí. Llevamos tres años viviendo en Bilbao y estamos muy contentos; hemos elegido esta escuela porque vivimos cerca y porque queremos que nuestras hijas se integren con normalidad en el entorno”.

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